Estudio Bíblico

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Finanzas personales (8). Prosperidad bíblica



PROSPERIDAD BIBLICA

Cuando renovamos nuestra mente en cualquier área de nuestra vida, la Palabra de Dios dice que vamos a ser prosperados en todas las cosas (3 Jn 2, Sal 1:1-3).
La obediencia a la Palabra de Dios trae como resultado la prosperidad, entendida ésta como la provisión de Dios para suplir todas nuestras necesidades por encima de lo que necesitamos, más abundante de lo mínimo (Deu_28:1-2).
Notemos que cuando la Biblia habla de prosperidad no está hablando de dinero, bienes y riquezas, aunque puede incluírlas.
Está hablando de un estado interior por el que todo lo que hagamos nos saldrá bien.
En griego "euodóo": ayudar en el camino, lograr alcanzar, viaje.
En hebrero "tsaléakj: empujar hacia adelante, acometer, bueno,, éxito, lograr, pasar, ser bueno, servir, venir.

Es indiscutible que la Palabra de Dios enseña que Dios quiere prosperarnos en todas las cosas en la misma medida en que prospera nuestra alma.
Es decir, que Dios antepone el carácter a la prosperidad, y que ésta es resultado de aquel.
Por otro lado, la prosperidad no es un término que bíblicamente signifique posesión de riquezas.
Prosperidad se refiere a “un clima”, un “ambiente” espiritual y emocional en el que todo lo que emprendamos nos salga bien y tengamos todo lo que necesitemos para vivir sobria, quieta y reposadamente (Tit_2:12), con contentamiento (1Ti_6:6-8)(Heb_13:5).

Esa prosperidad implica
Un cambio de mente, la renovación de nuestro corazón y pensamiento, sacando de ellos los patrones de conducta que aprendimos del mundo (codicia, avaricia, egoísmo, etc), y que adoptemos como forma de vida la que Dios nos revela en su Palabra (Rom_12:2)(Efe_4:22-24).
Por el otro lado, implica también la obediencia (Deu_28:1-2).
En consecuencia, el deseo de Dios de prosperarnos implica que El va a trabajar prioritariamente con nuestro carácter, no con proveernos de riquezas.

La enseñanza de la prosperidad de Dios para sus hijos, si no se enseña adecuadamente, puede ser usada por el espíritu de mammón para volver a establecer o incrementar su control sobre nosotros.
Búsqueda de riquezas en lugar de carácter.
Buscar ser ricos para sí mismos en lugar de para con Dios (Luc_12:13-21).
Como vemos claramente en esta enseñanza, el rico insensato todo lo que tenía lo quería solo para él, no para sembrar en el Reino de Dios ni en las personas.
El estaba poniendo su seguridad y bienestar en la posesión de los muchos bienes que tenía guardados, no en el Señor que se los había provisto.
Y el final de la enseñanza es que seamos ricos para con Dios y no para con nosotros.
Ello significa que tomemos solo lo necesario para nosotros y todo el resto sea para sembrarlo en donde Dios quiera (2Co_9:10).

Cuando enseñamos que la prosperidad es que Dios nos quiere dar dinero, bienes y riquezas sin hacer un mayor énfasis en la transformación de nuestra manera de pensar:
Realmente no hay una renovación de nuestra alma, carácter y actitudes.
Sutilmente podemos estar abriendo la puerta a la codicia.
El honor, la gracia, el privilegio de dar se pueden convertir (sutilmente) en un acto de negociar con Dios y no de adoración.
Que en el área de las finanzas personales seamos motivados por mammón en lugar de por el Espíritu Santo.
En lugar de usar el dinero para servir a Dios, pretendamos usar a Dios para obtener dinero.
Que identifiquemos necesidad con necesidad de dinero (son dos cosas diferentes) aunque el dinero puede servir para suplir la necesidad, pero ella no tiene que ser suplida solamente con dinero. Dios puede usar multitud de otras formas.


No es lo mismo tener riqueza que tener prosperidad.
Riqueza: abundancia de bienes por encima de lo que necesitamos.
Prosperidad: que todo lo que hagamos nos salga bien.

El verdadero significado de la prosperidad de Dios.
Abarca el ser completo del ser humano (3 Jn 2, 1 Tes 5:23): espíritu, alma y cuerpo.

Definición bíblica:
La habilitación de parte de Dios con todas las bendiciones necesarias para cumplir Su propósito y sueño para nuestras vidas (Gen 1:28)
Un estado de ánimo, un ambiente que manifiesta las características de seguridad, confianza, credibilidad, justicia, identidad, esperanza, equidad, libertad, etc.
Bienestar individual, social, moral y económico de las personas: nos permite llegar a ser todo lo que Dios nos diseñó para ser.

Integralidad de la prosperidad de Dios (3 Jn 2).
Dios desea que seamos prosperados en todas las cosas y tengamos salud.
Todas las cosas son todas las cosas, no es exclusiva de lo económico.
Relación con Dios.
Matrimonio y familia.
Fruto del Espíritu, servicio, dones.
Habilidades y capacidades, carácter
Trabajo, negocios, etc.
No podemos esperar prosperidad económica sin prosperar en todo lo demás.
Así como prospera nuestra alma: la condición (la prosperidad no es automática a la salvación o a ser parte de una iglesia).

18 Mar 2022