ABBA PADRE. Los regalos del Padre (3).
* Sal 91:1 "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Sal 91:2. "Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré."
Habitar es temporal (nuestra vida en la tierra en la cual somos extranjeros, peregrinos), morar es permanente (la vida eterna).
Tanto habitar como morar implican permanecer en Èl, bajo Èl (Sal 15:1, Jn 15:1-10), es decir, conocer y guardar Su Palabra (Jos 1:8); entonces vendrán sobre nosotros todas esas bendiciones.
La salvación implica todo lo que nos enseña este salmo.
La ley de la hospitalidad en el A.T. exigía que quién le diera hospedaje a alguién debía protegerlo con su vida (Job con los ángeles que llegaron a visitarlo antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra).
Cuando venimos al Señor y verdaderamente nos refugiamos en El, Él hace todo lo necesario para que estemos bien, para protegernos del mal (incluída su disciplina amorosa).
Él tiene todo el poder para lograrlo.
Él es todo lo que necesitemos que sea: "YO SOY EL QUE SOY" (Exo 3; no solo se lo dice a Moisés; se lo demuestra resolviendo todas las excusas que le pone para servirle).
Él es nuestra Ciudad de Refugio.
* Sal 91:2. "Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios en quién confiaré."
Diré yo: palabras de fé (no presunción de fe, no confesión positiva, Rom 10:17).
Esperanza: seguridad.
Castillo: protecciòn.
Confiaré: certeza, convicción, obediencia (no puedo decir que confío en Él, que tengo fe, si no obedezco Su Palabra, Heb 11:8).
• Sal 91:3. "El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora."
El lazo del cazador: diablo, demonios.
Peste destructora: enfermedades, dolor (Isa 53:4).
• Sal 91:4. "Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
Escudo y adarga:
* Doble escudo: (Palabra y Espíritu, Efe 6:10).
* Dos intercesores: Jesús (Rom 8:34) y el Espíritu Santo (Rom 8:26).
* El escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno y la espada del Espíritu (Efe 6:16-17).
* Sal 91:5-7. "No temerás (el perfecto amor de Dios echa fuera el temor, 1 Jn 4:18) el terror nocturno, ni saeta (ningún arma forjada contra nosotros, Isa 54:17) que vuele de día, ni pestilencia (enfermedad) que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará."
En Cristo, permaneciendo en Él, en todas las cosas somos más que vencedores (Rom 8:31.39, 1 Jn 3:8).
Habitar es temporal (nuestra vida en la tierra en la cual somos extranjeros, peregrinos), morar es permanente (la vida eterna).
Tanto habitar como morar implican permanecer en Èl, bajo Èl (Sal 15:1, Jn 15:1-10), es decir, conocer y guardar Su Palabra (Jos 1:8); entonces vendrán sobre nosotros todas esas bendiciones.
La salvación implica todo lo que nos enseña este salmo.
La ley de la hospitalidad en el A.T. exigía que quién le diera hospedaje a alguién debía protegerlo con su vida (Job con los ángeles que llegaron a visitarlo antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra).
Cuando venimos al Señor y verdaderamente nos refugiamos en El, Él hace todo lo necesario para que estemos bien, para protegernos del mal (incluída su disciplina amorosa).
Él tiene todo el poder para lograrlo.
Él es todo lo que necesitemos que sea: "YO SOY EL QUE SOY" (Exo 3; no solo se lo dice a Moisés; se lo demuestra resolviendo todas las excusas que le pone para servirle).
Él es nuestra Ciudad de Refugio.
* Sal 91:2. "Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios en quién confiaré."
Diré yo: palabras de fé (no presunción de fe, no confesión positiva, Rom 10:17).
Esperanza: seguridad.
Castillo: protecciòn.
Confiaré: certeza, convicción, obediencia (no puedo decir que confío en Él, que tengo fe, si no obedezco Su Palabra, Heb 11:8).
• Sal 91:3. "El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora."
El lazo del cazador: diablo, demonios.
Peste destructora: enfermedades, dolor (Isa 53:4).
• Sal 91:4. "Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
Escudo y adarga:
* Doble escudo: (Palabra y Espíritu, Efe 6:10).
* Dos intercesores: Jesús (Rom 8:34) y el Espíritu Santo (Rom 8:26).
* El escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno y la espada del Espíritu (Efe 6:16-17).
* Sal 91:5-7. "No temerás (el perfecto amor de Dios echa fuera el temor, 1 Jn 4:18) el terror nocturno, ni saeta (ningún arma forjada contra nosotros, Isa 54:17) que vuele de día, ni pestilencia (enfermedad) que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará."
En Cristo, permaneciendo en Él, en todas las cosas somos más que vencedores (Rom 8:31.39, 1 Jn 3:8).
22
Mar
2022