Dios es un Dios de transformaciones.
Todos nos encontramos con algún nivel de insatisfacción:
• Por lo que somos y hacemos.
• Por lo que son y hacen los demás.
• Por el ambiente que vivimos en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, en nuestra nación.
• Por lo que sucede en nuestras iglesias.
Dios quiere transformar y perfeccionar todo eso, pero no lo va a hacer aparte de nosotros.
• Dios, en la gran mayoría de situaciones, obra a través de sus hijos (1Co_3;9)(2Co_6:1).
• Somos Su Cuerpo (1 Cor 12), todos somos parte de Su obra en el mundo.
El quiere transformar no solo a las personas, el quiere transformar todo a nuestro alrededor: personas, estructuras, sistemas, cultura, naciones, etc. (Rom_8:19-21, Col_1:18-21, Mat_28:18-20).
• Comenzando con nuestras relaciones (Jua_13:35), y continuando con la economía, las finanzas, el trabajo, la educación, la tecnología, la ciencia, el arte, la política, el gobierno, etc.
Pero antes va a transformarnos a nosotros, nuestro corazón, mediante:
• La salvación.
• La transformación de nuestra forma de pensar y vivir (Rom_12:2).
• La transformación de nuestro carácter (Rom_8:28-29, 2 Cor 3:18).
• Y todo comienza con la decisión de renunciar a nuestros viejos patrones de vida y asumir los nuevos que Él tiene para nosotros (Jua_3:30, Mat_16:24, Efe_4:22-24).
La solución no está en los demás, la solución comienza por mi.
• Voy a ser parte del problema o voy a ser parte de la solución.
• Esa insatisfacción puede ser el indicador de Dios de que necesito hacer algo al respecto.
• En el Reino de Dios la transformación, como todas las cosas que pertenecen al Reino, es como un grano de mostaza (Mar_4:30-32), comienza en pequeño y poco a poco va creciendo.
• El crecimiento no depende de nosotros (Mar_4:26-29), pero si hay cosas que nosotros podemos hacer para que ese crecimiento encuentre un entorno adecuado para darse:
○ Regar (con la Palabra de Dios y con el Espíritu Santo).
○ Abonar (con la oración).
○ Limpiar (con la negación de nosotros mismos y nuestro constante crecimiento en el Señor para ser cada vez más eficientes medios de transformación en las manos de Dios) (Jua_3:30, Mat_16:24 --algo necesario--)
§ Negar nuestros pensamientos, sentimientos, ideas, actitudes, acciones planes y agenda que nos parecen derechos en nuestra opinión (Pro_16:25).
§ Ajustarnos mediante la transformación personal por el Espíritu Santo a los de Dios (Su Voluntad, buena, agradable y perfecta (Rom_12:2).
La transformación Dios quiere obrarla en nosotros y en medio de nosotros.
• Fil_1:6, 2Co_3:18, Rom_8:28-29 (transformacion individual).
• 1Co_3:9, 2Co_6:1, Mat_28:18-20, Rom_8:19-21, Hch_17:6, 2Co_5:17-21.
• Comienza por nosotros, sigue por la transformación de nuestras relaciones (con los demás y las cosas), otros se convierten y se suman (siendo transformados ellos, luego sus relaciones, y luego su relación con las cosas) y así va formándose una masa crítica que termina transformando el todo.
• Hch_1:8, Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.
• Por lo que somos y hacemos.
• Por lo que son y hacen los demás.
• Por el ambiente que vivimos en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, en nuestra nación.
• Por lo que sucede en nuestras iglesias.
Dios quiere transformar y perfeccionar todo eso, pero no lo va a hacer aparte de nosotros.
• Dios, en la gran mayoría de situaciones, obra a través de sus hijos (1Co_3;9)(2Co_6:1).
• Somos Su Cuerpo (1 Cor 12), todos somos parte de Su obra en el mundo.
El quiere transformar no solo a las personas, el quiere transformar todo a nuestro alrededor: personas, estructuras, sistemas, cultura, naciones, etc. (Rom_8:19-21, Col_1:18-21, Mat_28:18-20).
• Comenzando con nuestras relaciones (Jua_13:35), y continuando con la economía, las finanzas, el trabajo, la educación, la tecnología, la ciencia, el arte, la política, el gobierno, etc.
Pero antes va a transformarnos a nosotros, nuestro corazón, mediante:
• La salvación.
• La transformación de nuestra forma de pensar y vivir (Rom_12:2).
• La transformación de nuestro carácter (Rom_8:28-29, 2 Cor 3:18).
• Y todo comienza con la decisión de renunciar a nuestros viejos patrones de vida y asumir los nuevos que Él tiene para nosotros (Jua_3:30, Mat_16:24, Efe_4:22-24).
La solución no está en los demás, la solución comienza por mi.
• Voy a ser parte del problema o voy a ser parte de la solución.
• Esa insatisfacción puede ser el indicador de Dios de que necesito hacer algo al respecto.
• En el Reino de Dios la transformación, como todas las cosas que pertenecen al Reino, es como un grano de mostaza (Mar_4:30-32), comienza en pequeño y poco a poco va creciendo.
• El crecimiento no depende de nosotros (Mar_4:26-29), pero si hay cosas que nosotros podemos hacer para que ese crecimiento encuentre un entorno adecuado para darse:
○ Regar (con la Palabra de Dios y con el Espíritu Santo).
○ Abonar (con la oración).
○ Limpiar (con la negación de nosotros mismos y nuestro constante crecimiento en el Señor para ser cada vez más eficientes medios de transformación en las manos de Dios) (Jua_3:30, Mat_16:24 --algo necesario--)
§ Negar nuestros pensamientos, sentimientos, ideas, actitudes, acciones planes y agenda que nos parecen derechos en nuestra opinión (Pro_16:25).
§ Ajustarnos mediante la transformación personal por el Espíritu Santo a los de Dios (Su Voluntad, buena, agradable y perfecta (Rom_12:2).
La transformación Dios quiere obrarla en nosotros y en medio de nosotros.
• Fil_1:6, 2Co_3:18, Rom_8:28-29 (transformacion individual).
• 1Co_3:9, 2Co_6:1, Mat_28:18-20, Rom_8:19-21, Hch_17:6, 2Co_5:17-21.
• Comienza por nosotros, sigue por la transformación de nuestras relaciones (con los demás y las cosas), otros se convierten y se suman (siendo transformados ellos, luego sus relaciones, y luego su relación con las cosas) y así va formándose una masa crítica que termina transformando el todo.
• Hch_1:8, Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.
01
Ago
2022