Jeremías (7). La revelación del Padre (1).
Jer_3:4.
Jer_3:19-20.
Estos dos pasajes nos hablan del deseo del corazón de Dios de que lo vivamos (no solo lo veamos) como Padre.
Pero también nos habla de la resistencia del corazón humano a vivir a Dios como Padre porque ello implica:
• La negación de sí mismos (Jn 3:30).
• La sujeción y obediencia a Su Voluntad (a Su Palabra) (Mat_11:28-30).
• La transformación de uno mismo (de la carne al Espíritu, de nuestros propios caminos a los caminos de Dios) (Rom_12:1-3)(1Jn_2:15-17).
• Salir de nuestros propios conceptos que nos parecen derechos en nuestra propia opinión (cortos de vista) pero que nos llevan a la muerte (espiritual, emocional y hasta física) a mediano y largo plazo (Pro_14:12)
• Salir de nuestra "zona cómoda" (no como Abraham, Gen_12:1-4).
Un buen ejemplo de ello lo tenemos, no solo en el pueblo de Israel, en el tiempo del Antiguo Testamento, sino también en la parábola del hijo pródigo (Luc_15:11-32).
• Un hombre tenía dos hijos, pero aunque los dos se sabían hijos, uno de ellos tenía mentalidad de empleado y el otro, por su vida libertina, no se sentía hijo.
• Sin embargo, el padre, a ambos, si los veía como hijos y los bendecía como tales:
○ Les dio su herencia.
○ Al hijo menor, cuando regreso a casa le dio otros regalos e hizo fiesta.
○ Al hijo mayor le dijo que todo lo que él tenía era suyo.
○ Este último, a pesar de ello, no nos dice que cambio su actitud y vivió como hijo de allí en adelante.
○ E igual somos una mayoría de cristianos: sabemos que Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos, pero ni lo vivimos a Él como nuestro Padre ni vivimos nosotros como Sus hijos.
Para comenzar, la Palabra de Dios efectivamente nos enseña que a los que tenemos la fe en Cristo somos hijos de Dios.
• Jua_1:12. Rom_8:14-15. Efe_1:4-5.
Él, como un buen Padre, quiere lo mejor para sus hijos.
Jua_10:10, Jer_29:11, Pro_4:18, 3Jn_1:2,
Jer_3:19-20.
Estos dos pasajes nos hablan del deseo del corazón de Dios de que lo vivamos (no solo lo veamos) como Padre.
Pero también nos habla de la resistencia del corazón humano a vivir a Dios como Padre porque ello implica:
• La negación de sí mismos (Jn 3:30).
• La sujeción y obediencia a Su Voluntad (a Su Palabra) (Mat_11:28-30).
• La transformación de uno mismo (de la carne al Espíritu, de nuestros propios caminos a los caminos de Dios) (Rom_12:1-3)(1Jn_2:15-17).
• Salir de nuestros propios conceptos que nos parecen derechos en nuestra propia opinión (cortos de vista) pero que nos llevan a la muerte (espiritual, emocional y hasta física) a mediano y largo plazo (Pro_14:12)
• Salir de nuestra "zona cómoda" (no como Abraham, Gen_12:1-4).
Un buen ejemplo de ello lo tenemos, no solo en el pueblo de Israel, en el tiempo del Antiguo Testamento, sino también en la parábola del hijo pródigo (Luc_15:11-32).
• Un hombre tenía dos hijos, pero aunque los dos se sabían hijos, uno de ellos tenía mentalidad de empleado y el otro, por su vida libertina, no se sentía hijo.
• Sin embargo, el padre, a ambos, si los veía como hijos y los bendecía como tales:
○ Les dio su herencia.
○ Al hijo menor, cuando regreso a casa le dio otros regalos e hizo fiesta.
○ Al hijo mayor le dijo que todo lo que él tenía era suyo.
○ Este último, a pesar de ello, no nos dice que cambio su actitud y vivió como hijo de allí en adelante.
○ E igual somos una mayoría de cristianos: sabemos que Dios es nuestro Padre y nosotros somos sus hijos, pero ni lo vivimos a Él como nuestro Padre ni vivimos nosotros como Sus hijos.
Para comenzar, la Palabra de Dios efectivamente nos enseña que a los que tenemos la fe en Cristo somos hijos de Dios.
• Jua_1:12. Rom_8:14-15. Efe_1:4-5.
Él, como un buen Padre, quiere lo mejor para sus hijos.
Jua_10:10, Jer_29:11, Pro_4:18, 3Jn_1:2,
26
Sep
2022