Salmo 121. Nuestro Socorro.
Contexto y tema.
• El reconocimiento de nuestro acceso al poder creador de todo el Universo para nuestro socorro.
• El reconocimiento de la inutilidad de recurrir al socorro de lo terrenal cuando tenemos disponible para nosotros el más poderoso socorro del universo, el de nuestro Padre Celestial.
• Este es un salmo con una promesa maravillosa, total, permanente, eterna, infinita, para los que somos Sus hijos, que debería ser un ancla firme para decidirnos a vivir en Su Presencia, confiar plenamente en Él y en todo lo que dice Su Palabra y vivir vidas cada día más agradables a Él y para Su sola gloria.
Sal_121:1-2.
• Los hijos de Dios solo tenemos dos fuentes posibles a las cuales acudir para socorro.
• Nuestros propios recursos humanos, los recursos de otros y la manipulación de las circunstancias.
• Los recursos de nuestro Padre Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente con toda Su Sabiduría, Conocimiento, Ciencia, Inteligencia, Entendimiento, etc.
• Es una tontera recurrir a los primeros, teniendo a nuestro favor los segundos.
• Nuestro Padre siempre está disponible para el oportuno socorro en toda circunstancia (no solo las negativas, sino también las favorables) (Heb_4:16).
Sal_120:3-8.
• Es una descripción de las características fundamentales (no todas) de nuestro Padre y Sus recursos a favor de nosotros para nuestro socorro, ayuda, apoyo.
• Sal_121:3 a. Mientras estemos dependientes de los recursos de Dios, no resbalaremos (si llegáramos a resbalar sería porque recurrimos a los nuestros en lugar de los de Él, y aún en esa situación, Él nos levantará, Pro_24:16, Sal_55:22).
• Sal_121:3 b. El Señor nunca duerme, siempre está despierto y atento a cada uno de nosotros, siempre nos tiene presentes (Isa_49:16).
• Sal_121:4. Y aunque no duerma, no es como nosotros que nos adormecemos. Él no se adormece, su atención siempre está fresca, concentrada, atenta, despierta para con nosotros Sus hijos, listo para brindarnos el socorro oportuno.
• Su Trono de Gracia siempre está abierto para que nosotros podamos entrar a la comunión con Él.
• Sal_121:5. Si Él es nuestro guardador, nuestra sombra a nuestra mano derecha, implica tres cosas, por lo menos:
• Para ser nuestro guardador, necesita estar siempre con nosotros, sin dejarnos ni un solo instante, independientemente de que nosotros seamos conscientes de Su Presencia con nosotros, e independientemente del lugar y/o de lo que estemos haciendo en cada momento (Gen_28:15, Jos_1:5, Heb_13:5).
• De hecho:
• Él nos ha dado Su Espíritu Santo para que seamos Su Templo, y Él no nos deja nunca.
• Él está con nosotros perfeccionándonos cada día hasta el día de Jesucristo (Él día en que nos presentemos delante de Él, ya sea porque partimos de este mundo al final de nuestras vidas o porque Él vino en el arrebatamiento por nosotros).
• Es más, Él no nos dejará ni en nuestra muerte ni más allá en la eternidad (Sal_48:14).
• Otra implicación sería que, si nosotros somos conscientes de Su Presencia con nosotros todo el tiempo, en medio de cualquier lugar y circunstancia.
• En la medida en la que seamos más conscientes de Su Presencia con nosotros, nuestra forma de conducir nuestras vidas tendría que ser afectada para bien (obediencia, santificación, vivir vidas que le sean agradables, haciendo todo para Su Gloria (Col_3:23-24).
• Y finalmente, si Él está a nuestra mano derecha, el lado derecho es el lado del poder, implica que tenemos disponible Su Poder para toda situación y circunstancia que estemos enfrentando, y ello significa que manifestará Su Poder para darnos la victoria en todas ellas, permanentemente, y no permitirá que caigamos permanentemente, y si por alguna razón tropezáramos Él nos levantará (Pro_24:16, Sal_55:22).
• Sal_121:6. El sol no nos fatigará ni la noche (Isa_40:31, Mat_11:28-30).
• Ello significa que Él, por Su Espíritu Santo, nos impulsará a salir adelante siempre, a llevar nuestra vida en aumento como la luz de la aurora (Pro_4:18) y a seguir caminando siempre, independientemente de las situaciones de la vida que tengamos que enfrentar para alcanzar el cumplimiento de Sus planes de bien para darnos un futuro y una esperanza.
• Cuando estemos desalentados, Él nos alentará (Isa_42:5).
• Cuando estemos débiles, Él nos fortalecerá (Fil_4:13, Rom_8:26).
• Cuando estemos tristes, Él nos proveerá de gozo (Isa_61:3)
• Cuando estemos decepcionados, Él nos infundirá la fe necesaria para superar el desánimo.
• Cuando estemos siendo atacados Él peleará por nosotros y nos dará la victoria (Rom_8:37, Sal_23:5).
• Cuando las circunstancias quieran venir a separarnos de Él, Él lo impedirá (Rom_8:39).
• Cuando nuestras vidas anden por el valle de sombra de muerte (Jua-16:33), Él nos infundirá aliento. (Sal_23:4).
• Etc.
• Sal_121:7-8. Estos dos pasajes son una reiteración de lo que nos dice en el Sal_121:5 anterior.
• Él nos guarda de todo mal.
• Él guarda nuestra alma (de hecho, nos ha sellado con el Espíritu Santo que es las arras (la garantía) de nuestra redención (Efe_1:13-14).
• Por lo tanto nuestra salvación está segura en Él si verdaderamente hemos creído en Él como el Hijo de Dios (Jua_1:12), hemos creído en nuestro corazón (no asentimiento mental) como nuestro Señor y Salvador (obediencia, Rom_10:8-10), hemos nacido de nuevo (2Co_5:17) y recibido la nueva naturaleza (2Pe_1:3-4) y por lo tanto nuestra orientación de vida no está hacia las cosas del mundo sino hacia Él y lo celestial (Col_3:1-3).
• Él no solo nos da la seguridad de nuestra salvación, sino que nos provee, por el Espíritu Santo, de la perseverancia necesaria (aún con altas y bajas de nuestra parte) para que perseveremos en ella todo el tiempo de nuestra permanencia en este mundo a pesar de la corrupción que nos rodea.
• Y si su Misericordia y Gracia no son suficientes para nosotros, Él nos proveerá de su amorosa disciplina para que enderecemos nuestros caminos y volvamos a Él (Sal_119:59, Heb_12:5-11).
• Y ese cuidado de Él para con nosotros es desde el momento en que fuimos salvos hasta la eternidad (incluido que Él nos seguirá guardando en la Eternidad).
• El reconocimiento de nuestro acceso al poder creador de todo el Universo para nuestro socorro.
• El reconocimiento de la inutilidad de recurrir al socorro de lo terrenal cuando tenemos disponible para nosotros el más poderoso socorro del universo, el de nuestro Padre Celestial.
• Este es un salmo con una promesa maravillosa, total, permanente, eterna, infinita, para los que somos Sus hijos, que debería ser un ancla firme para decidirnos a vivir en Su Presencia, confiar plenamente en Él y en todo lo que dice Su Palabra y vivir vidas cada día más agradables a Él y para Su sola gloria.
Sal_121:1-2.
• Los hijos de Dios solo tenemos dos fuentes posibles a las cuales acudir para socorro.
• Nuestros propios recursos humanos, los recursos de otros y la manipulación de las circunstancias.
• Los recursos de nuestro Padre Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente con toda Su Sabiduría, Conocimiento, Ciencia, Inteligencia, Entendimiento, etc.
• Es una tontera recurrir a los primeros, teniendo a nuestro favor los segundos.
• Nuestro Padre siempre está disponible para el oportuno socorro en toda circunstancia (no solo las negativas, sino también las favorables) (Heb_4:16).
Sal_120:3-8.
• Es una descripción de las características fundamentales (no todas) de nuestro Padre y Sus recursos a favor de nosotros para nuestro socorro, ayuda, apoyo.
• Sal_121:3 a. Mientras estemos dependientes de los recursos de Dios, no resbalaremos (si llegáramos a resbalar sería porque recurrimos a los nuestros en lugar de los de Él, y aún en esa situación, Él nos levantará, Pro_24:16, Sal_55:22).
• Sal_121:3 b. El Señor nunca duerme, siempre está despierto y atento a cada uno de nosotros, siempre nos tiene presentes (Isa_49:16).
• Sal_121:4. Y aunque no duerma, no es como nosotros que nos adormecemos. Él no se adormece, su atención siempre está fresca, concentrada, atenta, despierta para con nosotros Sus hijos, listo para brindarnos el socorro oportuno.
• Su Trono de Gracia siempre está abierto para que nosotros podamos entrar a la comunión con Él.
• Sal_121:5. Si Él es nuestro guardador, nuestra sombra a nuestra mano derecha, implica tres cosas, por lo menos:
• Para ser nuestro guardador, necesita estar siempre con nosotros, sin dejarnos ni un solo instante, independientemente de que nosotros seamos conscientes de Su Presencia con nosotros, e independientemente del lugar y/o de lo que estemos haciendo en cada momento (Gen_28:15, Jos_1:5, Heb_13:5).
• De hecho:
• Él nos ha dado Su Espíritu Santo para que seamos Su Templo, y Él no nos deja nunca.
• Él está con nosotros perfeccionándonos cada día hasta el día de Jesucristo (Él día en que nos presentemos delante de Él, ya sea porque partimos de este mundo al final de nuestras vidas o porque Él vino en el arrebatamiento por nosotros).
• Es más, Él no nos dejará ni en nuestra muerte ni más allá en la eternidad (Sal_48:14).
• Otra implicación sería que, si nosotros somos conscientes de Su Presencia con nosotros todo el tiempo, en medio de cualquier lugar y circunstancia.
• En la medida en la que seamos más conscientes de Su Presencia con nosotros, nuestra forma de conducir nuestras vidas tendría que ser afectada para bien (obediencia, santificación, vivir vidas que le sean agradables, haciendo todo para Su Gloria (Col_3:23-24).
• Y finalmente, si Él está a nuestra mano derecha, el lado derecho es el lado del poder, implica que tenemos disponible Su Poder para toda situación y circunstancia que estemos enfrentando, y ello significa que manifestará Su Poder para darnos la victoria en todas ellas, permanentemente, y no permitirá que caigamos permanentemente, y si por alguna razón tropezáramos Él nos levantará (Pro_24:16, Sal_55:22).
• Sal_121:6. El sol no nos fatigará ni la noche (Isa_40:31, Mat_11:28-30).
• Ello significa que Él, por Su Espíritu Santo, nos impulsará a salir adelante siempre, a llevar nuestra vida en aumento como la luz de la aurora (Pro_4:18) y a seguir caminando siempre, independientemente de las situaciones de la vida que tengamos que enfrentar para alcanzar el cumplimiento de Sus planes de bien para darnos un futuro y una esperanza.
• Cuando estemos desalentados, Él nos alentará (Isa_42:5).
• Cuando estemos débiles, Él nos fortalecerá (Fil_4:13, Rom_8:26).
• Cuando estemos tristes, Él nos proveerá de gozo (Isa_61:3)
• Cuando estemos decepcionados, Él nos infundirá la fe necesaria para superar el desánimo.
• Cuando estemos siendo atacados Él peleará por nosotros y nos dará la victoria (Rom_8:37, Sal_23:5).
• Cuando las circunstancias quieran venir a separarnos de Él, Él lo impedirá (Rom_8:39).
• Cuando nuestras vidas anden por el valle de sombra de muerte (Jua-16:33), Él nos infundirá aliento. (Sal_23:4).
• Etc.
• Sal_121:7-8. Estos dos pasajes son una reiteración de lo que nos dice en el Sal_121:5 anterior.
• Él nos guarda de todo mal.
• Él guarda nuestra alma (de hecho, nos ha sellado con el Espíritu Santo que es las arras (la garantía) de nuestra redención (Efe_1:13-14).
• Por lo tanto nuestra salvación está segura en Él si verdaderamente hemos creído en Él como el Hijo de Dios (Jua_1:12), hemos creído en nuestro corazón (no asentimiento mental) como nuestro Señor y Salvador (obediencia, Rom_10:8-10), hemos nacido de nuevo (2Co_5:17) y recibido la nueva naturaleza (2Pe_1:3-4) y por lo tanto nuestra orientación de vida no está hacia las cosas del mundo sino hacia Él y lo celestial (Col_3:1-3).
• Él no solo nos da la seguridad de nuestra salvación, sino que nos provee, por el Espíritu Santo, de la perseverancia necesaria (aún con altas y bajas de nuestra parte) para que perseveremos en ella todo el tiempo de nuestra permanencia en este mundo a pesar de la corrupción que nos rodea.
• Y si su Misericordia y Gracia no son suficientes para nosotros, Él nos proveerá de su amorosa disciplina para que enderecemos nuestros caminos y volvamos a Él (Sal_119:59, Heb_12:5-11).
• Y ese cuidado de Él para con nosotros es desde el momento en que fuimos salvos hasta la eternidad (incluido que Él nos seguirá guardando en la Eternidad).
20
Sep
2023