La forma de pensar de un cristiano.
LA FORMA DE PENSAR DEL SIERVO.
(Servicio).
Ser un cristiano en crecimiento, implica una forma muy diferente de pensar a la corriente del mundo (y aún de muchos creyentes).
Pensar y tener un corazón de siervo inicia con un cambio de actitudes.
• Pensar más en otros que en sí mismos.
• Pensar como mayordomos, no como dueños.
• Pensar en su asignación, no en la de otros.
• Fundamentar su identidad en Cristo.
• Pensar en el servicio (y/o ministerio) como una oportunidad, no como una obligación.
Pensar más en otros que en nosotros mismos (corazón de siervos).
• Como creyentes somos llamados a que el carácter de Cristo sea formado en nosotros (Rom_8:28-29), a vivir como Él vivió (Jua_13:15, 1Pe_2:21), y a servir como Él sirvió (Mar_10:42-45).
• Y Jesús, en su ministerio terrenal vivió pensando en otros y nosotros, no en sí mismo.
• Jesús sirvió por Su carácter, como su estilo de vida, y todo ello porque se despojó a sí mismo y tomo forma de siervo (Fil_2:6-7).
• Al servir no debemos buscar nuestra autogratificación, agradar o ser admirado, lograr nuestras propias metas, y/o servir como una herramienta de negociación con Dios.
• Todo ello se llama manipulación, no servicio ni ministerio.
• Pensar como siervos es difícil porque desafía el problema básico de los seres humanos: somos por la naturaleza pecadora egoístas (Jua_3:30, Fil_2:3-4)..
• Y tener un corazón de siervo va de la mano con la humildad (Mat_11:28-30).
• Y ello es una lucha diaria contra la carne egoísta.
Pensar como mayordomos, no como dueños.
• Todo lo que cualquier ser humano recibe, viene de la mano de Dios (Mat_5:45, Jua_3:27).
• Con mucha mayor razón y en mayor amplitud, los cristianos (Efe_1:3, Stg_1:17).
• Y de todo lo que recibimos vamos a dar cuentas (1Pe_4:10, Mat_25:14-30).
• Y por 1Pe_4:10 entendemos que la mayordomía va unidad al servicio.
• La mayordomía significa darle el uso que Dios requiere a cada cosa que nos ha dado (talentos, capacidades, habilidades, dones, recursos, etc.).
Pensar y desarrolla nuestra asignación, y en la de los demás (servirles también en ello).
• Los verdaderos siervos no se comparan con otros, no critican a otros ni compiten con otros.
• Están tan ocupados haciendo el trabajo para el que fueron llamados por el Señor, que no tienen tiempo para ello.
• Su meta es complacer a Dios, no agradarse a sí mismos (autoexaltación) y vivir pendientes del que dirán (Gal_1:10).
• No hay lugar en sus actitudes y pensamientos para los celos, la envidia ni la codicia.
• Tampoco hay lugar para pensar que las cosas pueden ser injustas al ver como los demás sirven. Pensar que las cosas son injustas y quejarse es un ataque "solapado" contra Dios, Su Soberanía, Su Sabiduría, Su Bondad, etc.
• Tampoco hacen lugar para criticar a otros siervos ni se defienden de la crítica.
Fundamentar nuestra identidad en Cristo.
• Nuestra identidad se basa en ser hijos de Dios, no en las cosas que hacemos ni en el servicio que desarrollamos (2Co_10:18).
• Por lo tanto:
• No tenemos que probar ser meritorios.
• Voluntariamente aceptamos tareas que otros rechazarían por considerarlas inferiores.
• No nos preocupamos como seremos vistos por los demás (Gal_1:10).
• No tememos manifestar nuestras debilidades ni las ocultamos bajo mantos protectores de orgullo y pretensión (Rom_7:21-25).
• No necesitamos de títulos ni reconocimientos.
• No medimos nuestro valor por los logros (son de Dios a través de nosotros, Efe_2:10).
• Mientras más nos acercamos a Jesús menos necesitamos promocionarnos (por ello buscamos una mayor comunión e intimidad con Cristo) (Hch_6:4).
Pensar en el servicio (y/o ministerio) como una oportunidad, no como una obligación.
• No servimos por dinero ni para obtener beneficios.
• Para nosotros el servicio y/o el ministerio es un estilo de vida, no una fuente de ingresos, ni un trabajo.
• Disfrutamos ayudando a las personas, supliendo sus necesidades y sirviéndolas en cualquier forma posible.
• Lo hacemos, en primer lugar, porque amamos al Señor y estamos agradecidos por Su Favor (Mat_10:8) y porque amamos al prójimo, mayormente a los de la familia de la fe.
• Sabemos que servir es el mejor uso que podemos darle a nuestra vida.
• Dependemos totalmente del Señor en todo y para todo.
(Servicio).
Ser un cristiano en crecimiento, implica una forma muy diferente de pensar a la corriente del mundo (y aún de muchos creyentes).
Pensar y tener un corazón de siervo inicia con un cambio de actitudes.
• Pensar más en otros que en sí mismos.
• Pensar como mayordomos, no como dueños.
• Pensar en su asignación, no en la de otros.
• Fundamentar su identidad en Cristo.
• Pensar en el servicio (y/o ministerio) como una oportunidad, no como una obligación.
Pensar más en otros que en nosotros mismos (corazón de siervos).
• Como creyentes somos llamados a que el carácter de Cristo sea formado en nosotros (Rom_8:28-29), a vivir como Él vivió (Jua_13:15, 1Pe_2:21), y a servir como Él sirvió (Mar_10:42-45).
• Y Jesús, en su ministerio terrenal vivió pensando en otros y nosotros, no en sí mismo.
• Jesús sirvió por Su carácter, como su estilo de vida, y todo ello porque se despojó a sí mismo y tomo forma de siervo (Fil_2:6-7).
• Al servir no debemos buscar nuestra autogratificación, agradar o ser admirado, lograr nuestras propias metas, y/o servir como una herramienta de negociación con Dios.
• Todo ello se llama manipulación, no servicio ni ministerio.
• Pensar como siervos es difícil porque desafía el problema básico de los seres humanos: somos por la naturaleza pecadora egoístas (Jua_3:30, Fil_2:3-4)..
• Y tener un corazón de siervo va de la mano con la humildad (Mat_11:28-30).
• Y ello es una lucha diaria contra la carne egoísta.
Pensar como mayordomos, no como dueños.
• Todo lo que cualquier ser humano recibe, viene de la mano de Dios (Mat_5:45, Jua_3:27).
• Con mucha mayor razón y en mayor amplitud, los cristianos (Efe_1:3, Stg_1:17).
• Y de todo lo que recibimos vamos a dar cuentas (1Pe_4:10, Mat_25:14-30).
• Y por 1Pe_4:10 entendemos que la mayordomía va unidad al servicio.
• La mayordomía significa darle el uso que Dios requiere a cada cosa que nos ha dado (talentos, capacidades, habilidades, dones, recursos, etc.).
Pensar y desarrolla nuestra asignación, y en la de los demás (servirles también en ello).
• Los verdaderos siervos no se comparan con otros, no critican a otros ni compiten con otros.
• Están tan ocupados haciendo el trabajo para el que fueron llamados por el Señor, que no tienen tiempo para ello.
• Su meta es complacer a Dios, no agradarse a sí mismos (autoexaltación) y vivir pendientes del que dirán (Gal_1:10).
• No hay lugar en sus actitudes y pensamientos para los celos, la envidia ni la codicia.
• Tampoco hay lugar para pensar que las cosas pueden ser injustas al ver como los demás sirven. Pensar que las cosas son injustas y quejarse es un ataque "solapado" contra Dios, Su Soberanía, Su Sabiduría, Su Bondad, etc.
• Tampoco hacen lugar para criticar a otros siervos ni se defienden de la crítica.
Fundamentar nuestra identidad en Cristo.
• Nuestra identidad se basa en ser hijos de Dios, no en las cosas que hacemos ni en el servicio que desarrollamos (2Co_10:18).
• Por lo tanto:
• No tenemos que probar ser meritorios.
• Voluntariamente aceptamos tareas que otros rechazarían por considerarlas inferiores.
• No nos preocupamos como seremos vistos por los demás (Gal_1:10).
• No tememos manifestar nuestras debilidades ni las ocultamos bajo mantos protectores de orgullo y pretensión (Rom_7:21-25).
• No necesitamos de títulos ni reconocimientos.
• No medimos nuestro valor por los logros (son de Dios a través de nosotros, Efe_2:10).
• Mientras más nos acercamos a Jesús menos necesitamos promocionarnos (por ello buscamos una mayor comunión e intimidad con Cristo) (Hch_6:4).
Pensar en el servicio (y/o ministerio) como una oportunidad, no como una obligación.
• No servimos por dinero ni para obtener beneficios.
• Para nosotros el servicio y/o el ministerio es un estilo de vida, no una fuente de ingresos, ni un trabajo.
• Disfrutamos ayudando a las personas, supliendo sus necesidades y sirviéndolas en cualquier forma posible.
• Lo hacemos, en primer lugar, porque amamos al Señor y estamos agradecidos por Su Favor (Mat_10:8) y porque amamos al prójimo, mayormente a los de la familia de la fe.
• Sabemos que servir es el mejor uso que podemos darle a nuestra vida.
• Dependemos totalmente del Señor en todo y para todo.
03
Oct
2023