Adiestramiento pre-discipulado.
ADIESTRAMIENTO PRE-DISCIPULADO.
Objetivos de la enseñanza.
Entender la necesidad del adiestramiento pre-discipulado para aprovecharlo de la mejor manera posible en pro de la preparación para el proceso de discipulado.
Entender la necesidad de una buena relación entre el discípulo y el discipulador.
Entender la necesidad de la obediencia, la pertenencia comprometida, la perseverancia, la comunión y el compartir en el proceso del disciùlado.
Adiestramiento pre-discipulado.
Implica desarrollar una relación preliminar con el “candidato” y las condiciones necesarias para observar su interés y su actitud hacia nosotros (que somos los que lo vamos a discipular, y para ello es necesario que exista una buena “química” entre ambos), hacia el discipulado (motivación, capacidad de aprendizaje y dedicación), hacia la formación (la disponibilidad de cambiarse a sí mismo y adoptar nuevas prioridades) que implica el discipulado, así como la presencia incipiente de las características básicas del discípulo, necesarias para edificar las demás. Estas características básicas incipientes que debemos observar en él son:
UNO. Obediencia. Si no están dispuestos a obedecer la Palabra, si no manifiestan esa obediencia, no pueden ser discípulos. La obediencia a la Palabra es la característica primordial del discípulo.
DOS. Pertenencia comprometida.. Debe estar incorporado y comprometido a la Iglesia. El discipulado es compromiso, y no se puede comprometer a estar con uno si no está comprometido a estar en la Iglesia y a servirla.
TRES. Perseverancia. Esta se refiere a perseverar en el conocimiento de Dios dentro del cuerpo local y la obediencia.
CUATRO. Comunión. Que esté buscando o tenga interés en crear relaciones dentro de la Iglesia, con otros hermanos. El discipulado es relacional.
QUINTO. Compartir. Que esté comenzando a desarrollar una actitud de vida dadora. El discipulado es darse a sí mismo totalmente.
Es esencial que en este proceso procuremos la incorporación de los elementos básicos del cristianos a la vida de ellos y que los conozcamos bien antes de iniciar la relación del discipulado (1 Tim 5.22). En este proceso, necesitamos trabajar con ellos en forma primaria, entonces:
• Su compromiso como miembros de la Iglesia, la experiencia del compañerismo, el amor y la responsabilidad.
• La transformación necesaria para alcanzar la semejanza a Cristo.
• La preparación para alimentarse espiritualmente por sí mismo.
• El desarrollo de las disciplinas del estudio, memorización y meditación de la Palabra, la alabanza, la oración y la adoración.
Preguntas para autoevaluación.
¿Estoy dispuesto a la obediencia?
¿Cuáles son las áreas de dificultad en mi vida para que la obediencia sea establecida?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades?
¿Pertenezco, con todo lo que ello implica, a una iglesia local?
¿Mi pertenencia es activa o pasiva?
¿Qué cosas puedo hacer para desarrollar mi pertenencia activa a la iglesia?
¿Soy perseverante?
¿En qué áreas de mi vida me falta perseverancia?
¿Cómo puede ello afectar mi proceso de discipulado?
¿Qué puedo hacer para mejorar esas áreas?
¿Tengo interés genuino en relacionarme con otras personas?
¿Estoy interesado en desarrollar relaciones con otros hermanos dentro de mi iglesia local? ¿Qué dificultades tengo para relacionarme con otras personas?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades?
¿Me gusta dar?
¿En qué situaciones o áreas de mi vida me cuesta dar y porqué?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades de dar?
Objetivos de la enseñanza.
Entender la necesidad del adiestramiento pre-discipulado para aprovecharlo de la mejor manera posible en pro de la preparación para el proceso de discipulado.
Entender la necesidad de una buena relación entre el discípulo y el discipulador.
Entender la necesidad de la obediencia, la pertenencia comprometida, la perseverancia, la comunión y el compartir en el proceso del disciùlado.
Adiestramiento pre-discipulado.
Implica desarrollar una relación preliminar con el “candidato” y las condiciones necesarias para observar su interés y su actitud hacia nosotros (que somos los que lo vamos a discipular, y para ello es necesario que exista una buena “química” entre ambos), hacia el discipulado (motivación, capacidad de aprendizaje y dedicación), hacia la formación (la disponibilidad de cambiarse a sí mismo y adoptar nuevas prioridades) que implica el discipulado, así como la presencia incipiente de las características básicas del discípulo, necesarias para edificar las demás. Estas características básicas incipientes que debemos observar en él son:
UNO. Obediencia. Si no están dispuestos a obedecer la Palabra, si no manifiestan esa obediencia, no pueden ser discípulos. La obediencia a la Palabra es la característica primordial del discípulo.
DOS. Pertenencia comprometida.. Debe estar incorporado y comprometido a la Iglesia. El discipulado es compromiso, y no se puede comprometer a estar con uno si no está comprometido a estar en la Iglesia y a servirla.
TRES. Perseverancia. Esta se refiere a perseverar en el conocimiento de Dios dentro del cuerpo local y la obediencia.
CUATRO. Comunión. Que esté buscando o tenga interés en crear relaciones dentro de la Iglesia, con otros hermanos. El discipulado es relacional.
QUINTO. Compartir. Que esté comenzando a desarrollar una actitud de vida dadora. El discipulado es darse a sí mismo totalmente.
Es esencial que en este proceso procuremos la incorporación de los elementos básicos del cristianos a la vida de ellos y que los conozcamos bien antes de iniciar la relación del discipulado (1 Tim 5.22). En este proceso, necesitamos trabajar con ellos en forma primaria, entonces:
• Su compromiso como miembros de la Iglesia, la experiencia del compañerismo, el amor y la responsabilidad.
• La transformación necesaria para alcanzar la semejanza a Cristo.
• La preparación para alimentarse espiritualmente por sí mismo.
• El desarrollo de las disciplinas del estudio, memorización y meditación de la Palabra, la alabanza, la oración y la adoración.
Preguntas para autoevaluación.
¿Estoy dispuesto a la obediencia?
¿Cuáles son las áreas de dificultad en mi vida para que la obediencia sea establecida?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades?
¿Pertenezco, con todo lo que ello implica, a una iglesia local?
¿Mi pertenencia es activa o pasiva?
¿Qué cosas puedo hacer para desarrollar mi pertenencia activa a la iglesia?
¿Soy perseverante?
¿En qué áreas de mi vida me falta perseverancia?
¿Cómo puede ello afectar mi proceso de discipulado?
¿Qué puedo hacer para mejorar esas áreas?
¿Tengo interés genuino en relacionarme con otras personas?
¿Estoy interesado en desarrollar relaciones con otros hermanos dentro de mi iglesia local? ¿Qué dificultades tengo para relacionarme con otras personas?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades?
¿Me gusta dar?
¿En qué situaciones o áreas de mi vida me cuesta dar y porqué?
¿Qué puedo hacer para superar esas dificultades de dar?
23
Dic
2008