Las actitudes del discípulo (5).
ENSEÑANZA No. 39.
LAS ACTITUDES DEL DISCÍPULO (5),
Objetivos de la enseñanza.
Entender que las actitudes son el resultado de nuestros pensamientos y que los pensamientos derivan del carácter y de los principios que les dan soporte en nuestro corazón.
Entender que las actitudes derivan de los principios que sostenemos en nuestra vida y que la mayoría de principios arraigados en nuestro corazón dependen de los que recibimos del mundo en la época temprana de nuestras vidas, cuyos objetivos son robar, matar y destruír.
Que necesitamos renovar nuestras actitudes renovando nuestras mentes mediante el conocimiento de los principios que enseñó y aplicó Cristo en su vida, para entenderlos y aplicarlos en la nuestra.
Prepararnos para desarrollar y manifestar el fruto del Espíritu en circunstancias específicas, manifestando las mismas actitudes de Cristo.
Entender los principios relacionados con las actitudes de un discípulo, para aplicarlas y desarrollarlas de manera permanente en nuestras vidas.
Conocer las actitudes y los principios de conciliación y lealtad para entenderlos y aplicarlos en nuestra vida.
Conciliación (vrs. 9).
Es la actitud de una persona en cuya presencia, y por cuya intervención, las tensiones y discordias dan lugar a la armonía y la paz; que hace la paz con otros, habiendo recibido primero la paz de Dios en su corazón.
Es una persona conciliadora, pacificadora, una persona de paz.
Es crear armonía en las relaciones entre las personas, reconciliar a los que están distanciados,-
No es la actitud de las personas que son plácidas, complacientes, que alcanzan la paz a cualquier precio, aún con la coexistencia de la maldad, ni de los que tienen la paz de la evasión de los problemas.
Ser un conciliador es hacer lo posible por preservar la paz para que no se quiebre, y si ello no es posible, hacer su mayor esfuerzo por reparar lo que se ha quebrado y estar dispuesto a pagar el precio de la conciliación sin comprometer sus principios. Procurar la paz activamente, sacrificialmente. Es ser sanador de brechas, promotor de unidad.
Ser conciliadores, a la medida de Jesús, requiere cambiar nuestra mentalidad permanentemente contenciosa, competitiva (ganar-perder), teniendo primero que nada paz con Dios.
Lealtad (vrs. 10-12).
Es la actitud de las personas que a pesar de las injurias y la persecución de que son objeto debido a su fe en Cristo y a permanecer en Su justicia, son perseguidos, vituperados, y a pesar de ello, no por eso cambian. Permanecen firmes, haciendo lo justo sin importar el costo, primero hacia Dios y también tienen la misma actitud hacia las demás personas.
No es la cualidad de las personas que son perseguidos por causa de su pecado o error, sino por una vida y testimonios irreprochables.
En un mundo en el que somos deformados para ser leales únicamente para con nosotros mismos, ello implica cambiar nuestra mentalidad de querer agradarnos a nosotros mismos por una de querer agradar a Dios permanentemente.
Preguntas para autoevaluación.
¿Estoy realmente en paz con Dios?
¿Cuándo las personas a mi alrededor entran en conflicto conmigo, cuál es mi actitud normal: seguir la pelea o buscar la reconciliación de inmediato?
¿Qué necesito mejorar al respecto en mi actitud?
¿Cuándo las personas a mi alrededor entran en conflicto entre ellas, cuál es mi actitud normal: indiferencia, tomar partido por una de ellas, o buscar la reconciliación?
¿Qué necesito mejorar al respecto en mi actitud?
¿Entendiendo por lealtad el permanecer en la justicia de Dios, podría decir que soy leal a Dios en todas las circunstancias de mi vida o solo en algunas?
¿En cuáles me es más difícil alcanzar la lealtad?
¿Las personas a mi alrededor están claras de mi fe a pesar de sus burlas, menosprecio, persecución, etc., o prefiero mantener mi fe como algo privado para evitar esas situaciones?
¿Es mi vida y testimonio irreprochable para con las demás personas?
¿Qué puedo hacer para mejorar mi lealtad hacia el Señor?
¿Cuándo las personas se burlan de los demás, son injustas con ellas, las menosprecian, etc., mi actitud al respecto es participativa, pasiva o intervengo a favor de la persona que está siendo injustamente tratada?
¿Qué puedo hacer para mejorar esta actitud?
Todo lo que necesito hacer, de acuerdo a las respuestas anteriores, ¿cómo y cuando lo haré y qué resultados espero como consecuencia?
LAS ACTITUDES DEL DISCÍPULO (5),
Objetivos de la enseñanza.
Entender que las actitudes son el resultado de nuestros pensamientos y que los pensamientos derivan del carácter y de los principios que les dan soporte en nuestro corazón.
Entender que las actitudes derivan de los principios que sostenemos en nuestra vida y que la mayoría de principios arraigados en nuestro corazón dependen de los que recibimos del mundo en la época temprana de nuestras vidas, cuyos objetivos son robar, matar y destruír.
Que necesitamos renovar nuestras actitudes renovando nuestras mentes mediante el conocimiento de los principios que enseñó y aplicó Cristo en su vida, para entenderlos y aplicarlos en la nuestra.
Prepararnos para desarrollar y manifestar el fruto del Espíritu en circunstancias específicas, manifestando las mismas actitudes de Cristo.
Entender los principios relacionados con las actitudes de un discípulo, para aplicarlas y desarrollarlas de manera permanente en nuestras vidas.
Conocer las actitudes y los principios de conciliación y lealtad para entenderlos y aplicarlos en nuestra vida.
Conciliación (vrs. 9).
Es la actitud de una persona en cuya presencia, y por cuya intervención, las tensiones y discordias dan lugar a la armonía y la paz; que hace la paz con otros, habiendo recibido primero la paz de Dios en su corazón.
Es una persona conciliadora, pacificadora, una persona de paz.
Es crear armonía en las relaciones entre las personas, reconciliar a los que están distanciados,-
No es la actitud de las personas que son plácidas, complacientes, que alcanzan la paz a cualquier precio, aún con la coexistencia de la maldad, ni de los que tienen la paz de la evasión de los problemas.
Ser un conciliador es hacer lo posible por preservar la paz para que no se quiebre, y si ello no es posible, hacer su mayor esfuerzo por reparar lo que se ha quebrado y estar dispuesto a pagar el precio de la conciliación sin comprometer sus principios. Procurar la paz activamente, sacrificialmente. Es ser sanador de brechas, promotor de unidad.
Ser conciliadores, a la medida de Jesús, requiere cambiar nuestra mentalidad permanentemente contenciosa, competitiva (ganar-perder), teniendo primero que nada paz con Dios.
Lealtad (vrs. 10-12).
Es la actitud de las personas que a pesar de las injurias y la persecución de que son objeto debido a su fe en Cristo y a permanecer en Su justicia, son perseguidos, vituperados, y a pesar de ello, no por eso cambian. Permanecen firmes, haciendo lo justo sin importar el costo, primero hacia Dios y también tienen la misma actitud hacia las demás personas.
No es la cualidad de las personas que son perseguidos por causa de su pecado o error, sino por una vida y testimonios irreprochables.
En un mundo en el que somos deformados para ser leales únicamente para con nosotros mismos, ello implica cambiar nuestra mentalidad de querer agradarnos a nosotros mismos por una de querer agradar a Dios permanentemente.
Preguntas para autoevaluación.
¿Estoy realmente en paz con Dios?
¿Cuándo las personas a mi alrededor entran en conflicto conmigo, cuál es mi actitud normal: seguir la pelea o buscar la reconciliación de inmediato?
¿Qué necesito mejorar al respecto en mi actitud?
¿Cuándo las personas a mi alrededor entran en conflicto entre ellas, cuál es mi actitud normal: indiferencia, tomar partido por una de ellas, o buscar la reconciliación?
¿Qué necesito mejorar al respecto en mi actitud?
¿Entendiendo por lealtad el permanecer en la justicia de Dios, podría decir que soy leal a Dios en todas las circunstancias de mi vida o solo en algunas?
¿En cuáles me es más difícil alcanzar la lealtad?
¿Las personas a mi alrededor están claras de mi fe a pesar de sus burlas, menosprecio, persecución, etc., o prefiero mantener mi fe como algo privado para evitar esas situaciones?
¿Es mi vida y testimonio irreprochable para con las demás personas?
¿Qué puedo hacer para mejorar mi lealtad hacia el Señor?
¿Cuándo las personas se burlan de los demás, son injustas con ellas, las menosprecian, etc., mi actitud al respecto es participativa, pasiva o intervengo a favor de la persona que está siendo injustamente tratada?
¿Qué puedo hacer para mejorar esta actitud?
Todo lo que necesito hacer, de acuerdo a las respuestas anteriores, ¿cómo y cuando lo haré y qué resultados espero como consecuencia?
23
Dic
2008