Las actitudes del discípulo (8).
ENSEÑANZA No. 42.
LAS ACTITUDES DEL DISCÍPULO (8).
Objetivos de la enseñanza.
Profundizar el entendimiento de que las actitudes son el resultado de nuestros pensamientos y que los pensamientos derivan del carácter y de los principios que les dan soporte en nuestro corazón.
Profundizar el conocimiento de los principios que enseñó y aplicó Cristo en su vida, para entenderlos y aplicarlos en la nuestra.
Continuar con nuestra preparación para desarrollar y manifestar el fruto del Espíritu en circunstancias específicas, manifestando las mismas actitudes de Cristo.
Profundizar nuestro entendimiento de los principios relacionados con las actitudes de un discípulo, para aplicarlas y desarrollarlas de manera permanente en nuestras vidas.
Conocer, entender y aplicar los principios y las actitudes del perdón para vencer los deseos de venganza y de las reacciones del discípulo frente a los problemas de las relaciones interpersonales, en nuestro caminar diario.
El perdon vrs. La venganza (vrs. 38-39a).
Las palabras de Jesús no estaban dirigidas hacia este principio como parte de la ley civil, sino hacia la perversión que hacían los fariseos de ese principio, manipulándolo para dar aspecto de rectitud a sus litigios y actos de venganza personales (cuando el principio se refería exclusivamente a los actos de la administración pública de la ley por las autoridades apropiadas).
Jesús no estaba desestimando la aplicación de este principio de la Ley por las autoridades apropiadas, sino desautorizaba su aplicación en el ámbito personal. En el ámbito de lo personal no demandaba limitación ni moderación, sino la total abolición de la venganza personal, y en su lugar, la exhibición de un espíritu de amor y clemencia.
El principio de la no resistencia. Es aplicable no en todos los ámbitos sino solo en el ámbito personal. Enseña claramente que el ciudadano del Reino no debe resistirse ante una injusticia personal en un espíritu de venganza e implacable (Rom 12:17, 19-21). Cuando los sentimientos personales están bajo control, puede ser justo tomar acciones contra el malvado. El no actuar, en esta situación, podría interpretarse como condonar el pecado.
Las reacciones del discípulo (vrs. 39b-42)
Una vez que Jesús establece el principio de la no resistencia y la no venganza personales, lo ilustra con cuatro situaciones comunes a la vida tanto de su tiempo como contemporánea, para mostrar que se espera mucho más del discípulo en todos los ámbitos y situaciones de la vida que del resto de las personas. Las situaciones difíciles por las que puede pasar representan oportunidades para mostrar gracia, misericordia, compasión, amor, y actitudes diferentes a las que manifiesta el mundo, lo cual honrará a Dios.
Reacción al insulto (vrs. 39b). El principio subyacente en esta enseñanza de Jesús no es literalmente el poner la otra mejilla. Jesús mismo no lo hizo cuando fue golpeado por un oficial (Jn 18:22-23). Lo que Jesús enseña es que ante el insulto necesitamos mantener el control y una paciencia controlada y digna, no una actitud de venganza y respuesta. El objetivo de la ilustración es señalar que el discípulo debe estar dispuesto a recibir subsecuentes insultos antes que a tomar venganza. Mejor es sufrir un daño dos veces que cometerlo una vez.
Reacción ante la injusticia (vrs. 41). La capa era la vestimenta más valiosa que una persona podía poseer, y era utilizada frecuentemente en la noche también como frazada para proteger del frío. En casos de deuda el acreedor la podía tomar como prenda, pero la ley hacia provisión para que la devolviera antes de la noche para que el deudor la pudiera utilizar y no pasara frío. Con este trasfondo, el principio de la enseñanza de Jesús queda totalmente claro: el discípulo debe estar dispuesto a entregar no solo lo que la Ley de Dios demanda sino aún más allá (1 Cor 6:7). Debemos notar que no se trata de una situación de robo, porque de ser así estaríamos adoptando una actitud de complicidad con el mal. El tema aquí es la no resistencia a la injuria personal (el que quiera ponerte a pleito, entrar en pleito contigo).
Reacción a la imposición (vrs. 41). La lección que Jesús nos quiere dar en este pasaje es que no debemos quedarnos satisfechos solamente con hacer lo que nos corresponde, sino que debemos hacer más que eso y hacerlo gustosamente (Fil 2:6-7). No debemos tomar a mal cuando se nos exija más de nuestro tiempo o bienes, sino recibir con agrado estas oportunidades para servir a Dios y a otros, aún a aquellos que nos hubieran injuriado.
Reacción a la indigencia (vrs. 42). El principio implicado en esta ilustración no es el de dar indiscriminadamente y sin sabiduría, sino el de tener una actitud de generosidad sacrificada. La ley contempla un tratamiento generoso para los necesitados (Deut 15:7-8). No necesariamente se trata de dar lo que pida, sino lo que necesite. Al dar y prestar, los judíos siempre tomaban en cuenta el efecto que causaría en el receptor. Darle a un alcohólico, por ejemplo, puede derivar en alentar su alcoholismo. Dar indiscriminadamente puede alentar la pereza y desmoralizar a otros. Necesitamos efectuar alguna investigación antes de dar. Esto no debe suprimir el impulso generoso, pero servirá para identificar el caso que realmente merezca consideración. Otro principio implicado en esta enseñanza es que demos de acuerdo con nuestra capacidad y las circunstancias del caso. Es preferible equivocarnos por ser demasiado generosos, que por ser poco generoso. Un buen principio al respecto es no solo darles el pescado sino también enseñarles a pescar. Finalmente, no debemos rehusar ayudar a una persona que pasa por una desgracia o volvernos sordos a sus ruegos, aún cuando nos haya injuriado de alguna manera.
Preguntas para autoevaluación.
¿Cuál es el objetivo de la enseñanza de Jesús acerca del perdón vrs la venganza?
¿Desautoriza Jesús la aplicación de ese principio en la ley civil?
¿Cuál es el alcance e implicaciones del principio de la no resistencia enseñado por Jesús en los versículos 38 y 39?
¿Cómo reaccionó cuando las personas me hacen algo que me provoca un daño de cualquier tipo: físico, emocional, espiritual, financiero, etc.?
¿Qué necesito hacer en mi vida respecto a mis reacciones vengativas?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante el insulto?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante el insulto?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones al insulto a lo que requiere Jesús de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante la injusticia?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la injusticia?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la injusticia a lo que Jesús requiere de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante la imposición?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la imposición?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la imposición a lo que Jesús requiere de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes cuando una persona se me ha acercado para pedirme limosna?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la indigencia?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la indigencia a lo que Jesús requiere de un discípulo?
Todo lo que necesito hacer, de acuerdo a las respuestas anteriores, ¿cómo y cuando lo haré y qué resultados espero como consecuencia?
LAS ACTITUDES DEL DISCÍPULO (8).
Objetivos de la enseñanza.
Profundizar el entendimiento de que las actitudes son el resultado de nuestros pensamientos y que los pensamientos derivan del carácter y de los principios que les dan soporte en nuestro corazón.
Profundizar el conocimiento de los principios que enseñó y aplicó Cristo en su vida, para entenderlos y aplicarlos en la nuestra.
Continuar con nuestra preparación para desarrollar y manifestar el fruto del Espíritu en circunstancias específicas, manifestando las mismas actitudes de Cristo.
Profundizar nuestro entendimiento de los principios relacionados con las actitudes de un discípulo, para aplicarlas y desarrollarlas de manera permanente en nuestras vidas.
Conocer, entender y aplicar los principios y las actitudes del perdón para vencer los deseos de venganza y de las reacciones del discípulo frente a los problemas de las relaciones interpersonales, en nuestro caminar diario.
El perdon vrs. La venganza (vrs. 38-39a).
Las palabras de Jesús no estaban dirigidas hacia este principio como parte de la ley civil, sino hacia la perversión que hacían los fariseos de ese principio, manipulándolo para dar aspecto de rectitud a sus litigios y actos de venganza personales (cuando el principio se refería exclusivamente a los actos de la administración pública de la ley por las autoridades apropiadas).
Jesús no estaba desestimando la aplicación de este principio de la Ley por las autoridades apropiadas, sino desautorizaba su aplicación en el ámbito personal. En el ámbito de lo personal no demandaba limitación ni moderación, sino la total abolición de la venganza personal, y en su lugar, la exhibición de un espíritu de amor y clemencia.
El principio de la no resistencia. Es aplicable no en todos los ámbitos sino solo en el ámbito personal. Enseña claramente que el ciudadano del Reino no debe resistirse ante una injusticia personal en un espíritu de venganza e implacable (Rom 12:17, 19-21). Cuando los sentimientos personales están bajo control, puede ser justo tomar acciones contra el malvado. El no actuar, en esta situación, podría interpretarse como condonar el pecado.
Las reacciones del discípulo (vrs. 39b-42)
Una vez que Jesús establece el principio de la no resistencia y la no venganza personales, lo ilustra con cuatro situaciones comunes a la vida tanto de su tiempo como contemporánea, para mostrar que se espera mucho más del discípulo en todos los ámbitos y situaciones de la vida que del resto de las personas. Las situaciones difíciles por las que puede pasar representan oportunidades para mostrar gracia, misericordia, compasión, amor, y actitudes diferentes a las que manifiesta el mundo, lo cual honrará a Dios.
Reacción al insulto (vrs. 39b). El principio subyacente en esta enseñanza de Jesús no es literalmente el poner la otra mejilla. Jesús mismo no lo hizo cuando fue golpeado por un oficial (Jn 18:22-23). Lo que Jesús enseña es que ante el insulto necesitamos mantener el control y una paciencia controlada y digna, no una actitud de venganza y respuesta. El objetivo de la ilustración es señalar que el discípulo debe estar dispuesto a recibir subsecuentes insultos antes que a tomar venganza. Mejor es sufrir un daño dos veces que cometerlo una vez.
Reacción ante la injusticia (vrs. 41). La capa era la vestimenta más valiosa que una persona podía poseer, y era utilizada frecuentemente en la noche también como frazada para proteger del frío. En casos de deuda el acreedor la podía tomar como prenda, pero la ley hacia provisión para que la devolviera antes de la noche para que el deudor la pudiera utilizar y no pasara frío. Con este trasfondo, el principio de la enseñanza de Jesús queda totalmente claro: el discípulo debe estar dispuesto a entregar no solo lo que la Ley de Dios demanda sino aún más allá (1 Cor 6:7). Debemos notar que no se trata de una situación de robo, porque de ser así estaríamos adoptando una actitud de complicidad con el mal. El tema aquí es la no resistencia a la injuria personal (el que quiera ponerte a pleito, entrar en pleito contigo).
Reacción a la imposición (vrs. 41). La lección que Jesús nos quiere dar en este pasaje es que no debemos quedarnos satisfechos solamente con hacer lo que nos corresponde, sino que debemos hacer más que eso y hacerlo gustosamente (Fil 2:6-7). No debemos tomar a mal cuando se nos exija más de nuestro tiempo o bienes, sino recibir con agrado estas oportunidades para servir a Dios y a otros, aún a aquellos que nos hubieran injuriado.
Reacción a la indigencia (vrs. 42). El principio implicado en esta ilustración no es el de dar indiscriminadamente y sin sabiduría, sino el de tener una actitud de generosidad sacrificada. La ley contempla un tratamiento generoso para los necesitados (Deut 15:7-8). No necesariamente se trata de dar lo que pida, sino lo que necesite. Al dar y prestar, los judíos siempre tomaban en cuenta el efecto que causaría en el receptor. Darle a un alcohólico, por ejemplo, puede derivar en alentar su alcoholismo. Dar indiscriminadamente puede alentar la pereza y desmoralizar a otros. Necesitamos efectuar alguna investigación antes de dar. Esto no debe suprimir el impulso generoso, pero servirá para identificar el caso que realmente merezca consideración. Otro principio implicado en esta enseñanza es que demos de acuerdo con nuestra capacidad y las circunstancias del caso. Es preferible equivocarnos por ser demasiado generosos, que por ser poco generoso. Un buen principio al respecto es no solo darles el pescado sino también enseñarles a pescar. Finalmente, no debemos rehusar ayudar a una persona que pasa por una desgracia o volvernos sordos a sus ruegos, aún cuando nos haya injuriado de alguna manera.
Preguntas para autoevaluación.
¿Cuál es el objetivo de la enseñanza de Jesús acerca del perdón vrs la venganza?
¿Desautoriza Jesús la aplicación de ese principio en la ley civil?
¿Cuál es el alcance e implicaciones del principio de la no resistencia enseñado por Jesús en los versículos 38 y 39?
¿Cómo reaccionó cuando las personas me hacen algo que me provoca un daño de cualquier tipo: físico, emocional, espiritual, financiero, etc.?
¿Qué necesito hacer en mi vida respecto a mis reacciones vengativas?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante el insulto?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante el insulto?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones al insulto a lo que requiere Jesús de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante la injusticia?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la injusticia?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la injusticia a lo que Jesús requiere de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes ante la imposición?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la imposición?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la imposición a lo que Jesús requiere de un discípulo?
¿Cómo han sido mis reacciones recientes cuando una persona se me ha acercado para pedirme limosna?
¿Qué enseña Jesús respecto a las reacciones del discípulo ante la indigencia?
¿Qué necesito hacer en mi vida para amoldar mis reacciones ante la indigencia a lo que Jesús requiere de un discípulo?
Todo lo que necesito hacer, de acuerdo a las respuestas anteriores, ¿cómo y cuando lo haré y qué resultados espero como consecuencia?
23
Dic
2008