Perla. La bendición sin fin.
Después de que Jesús resucitó, llevó a sus discípulos de Jerusalén, el aposento alto, hasta Betania (Luc_24:50-53).
• Y alzando sus manos, los bendijo.
• Y aconteció que, bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado al cielo.
Y aunque aparentemente terminó la bendición, realmente no la terminó.
• Porque Sus bendiciones nunca terminan, nunca tienen fin, no tienen limitación, no tienen explicación, no cesan.
• Es una bendición interminable (Sal_118:1, Lam_3:22-23, Sal_21:6)
• No está limitada al primer siglo, ni a Jerusalén, ni a los discípulos, ni siquiera al Libro de los Hechos.
• Él no solo los bendice a ellos, nos bendice a nosotros (Efe_1:3, Apo_22:21).
• Y su bendición no tiene fin (Sal_103:1-2)
• No se detiene a pesar de:
• Nuestros fracasos.
• Nuestros errores.
• Nuestras malas decisiones.
• Nuestras caídas y pecados.
• No tiene fin.
Hay tanto de ella ahora como había cuando Él los bendijo a todos y los dejó.
• La bendición no solo nunca se acaba, tampoco envejece, ni falla.
• Por lo tanto, recibámosla ahora, tan nueva y poderosa como el día en la que Él la dio.
• Y tal como la bendición prosigue, hagamos lo mismo.
• Todas las cosas de este mundo deben terminar.
• Excepto la bendición que no tiene fin.
• No solo vivamos en la bendición sin fin de Dios para nosotros.
• Bendigamos a otros con toda bendición con la que Dios nos ha bendecido (Gen_12:2).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
• Y alzando sus manos, los bendijo.
• Y aconteció que, bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado al cielo.
Y aunque aparentemente terminó la bendición, realmente no la terminó.
• Porque Sus bendiciones nunca terminan, nunca tienen fin, no tienen limitación, no tienen explicación, no cesan.
• Es una bendición interminable (Sal_118:1, Lam_3:22-23, Sal_21:6)
• No está limitada al primer siglo, ni a Jerusalén, ni a los discípulos, ni siquiera al Libro de los Hechos.
• Él no solo los bendice a ellos, nos bendice a nosotros (Efe_1:3, Apo_22:21).
• Y su bendición no tiene fin (Sal_103:1-2)
• No se detiene a pesar de:
• Nuestros fracasos.
• Nuestros errores.
• Nuestras malas decisiones.
• Nuestras caídas y pecados.
• No tiene fin.
Hay tanto de ella ahora como había cuando Él los bendijo a todos y los dejó.
• La bendición no solo nunca se acaba, tampoco envejece, ni falla.
• Por lo tanto, recibámosla ahora, tan nueva y poderosa como el día en la que Él la dio.
• Y tal como la bendición prosigue, hagamos lo mismo.
• Todas las cosas de este mundo deben terminar.
• Excepto la bendición que no tiene fin.
• No solo vivamos en la bendición sin fin de Dios para nosotros.
• Bendigamos a otros con toda bendición con la que Dios nos ha bendecido (Gen_12:2).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
23
Mayo
2024