El modelo de Jesús para hacer discípulos (1).
ENSEÑANZA No. 47.
EL MODELO DE JESUS PARA HACER DISCÍPULOS (1).
Objetivos de la enseñanza.
Conocer y entender la forma como Jesús hacía discípulos, y los elementos básicos de ese modelo, para aplicarlos en nuestro quehacer como discipuladores y alcanzar mejores niveles de eficiencia en el discipulado.
Introducción.
El método de Cristo para hacer discípulos implicaba un enfoque múltiple:
Primero. Su método y mensaje fue: “ejemplo os he dado” (Jn 13:15). Ello implica ser modelo.
Segundo. Proporcionó una capacitación práctica por un largo período de tiempo (Hch 20:31).
Tercero. Delegó responsabilidad.
Cuarto. Delegación de autoridad.
Quinto. Confianza en sus discípulos.
Sexto. Retirada.
Si falta cualquiera de los cuatro, no habrá discípulado.
Modelo.
La mayor parte de lo que somos hoy es el resultado de lo que hemos observado y escuchado de otros a lo largo de nuestra vida.
Hacer un discípulo es un proceso que comienza por el ejemplo porque el carácter no se enseña sino que se modela, se muestra. Esa fue la razón por la que Cristo les pidió a sus discípulos que dejarán sus ocupaciones para estar con El (Mar 3:14) y adiestrarlos.
En muchas ocasiones en los Evangelios vemos a Jesús compartiendo solo con sus discípulos, después de haber estado con las multitudes, para explicarles y que pudieran comprender las razones y los principios que motivaban sus enseñanzas (Mar 13:10-15, Mar 4:11, Mar 4:34).
El se concentraba en moldear sus caracteres, no en suministrarles simple información, por lo que lo que los discípulos vieron y oyeron los afectó radicalmente, de tal manera, que pudieron hacer la obra que Jesús les encomendó para su tiempo, que era una obra que superaba todas sus posibilidades. Al observarlo y escucharlo sus vidas fueron transformadas radicalmente, y de simples personas sin educación fueron transformados en ministros funcionales, llenos de gracia y de poder (Hch 6:8), y aún muchos de sus adversarios atribuyeron ese cambio al hecho de que habían estado con Jesús (Hch 4.13).
Resulta mucho más fácil para un discípulo convertirse en algo que puede ver que en algo acerca de lo cual solamente escucha. El discipulador debe dejar que su discípulo observe su vida, ministerio y amor a Dios y a sus semejantes. Mientras más tiempo pasen juntos más efectivo será el discipulado (Prov 27.17).
Adiestramiento práctico.
No existe adiestramiento real sin participación, si actividad práctica.
Las habilidades se desarrollan mejor, y los conocimientos teóricos se fijan más rápidamente, mediante la aplicación práctica del conocimiento.
Jesús fue el más grande Maestro que ha existido sobre la faz de la tierra porque El armonizó perfectamente el conocimiento que les impartió a sus discípulos con la participación práctica.
El les aconsejó que pusieran en práctica lo que les había enseñado porque a medida que lo hicieran entenderían mejor lo que habían oído (Mar 4:24).
Delegación de responsabilidad.
Después de que los discípulos observaron la vida y ministerio de Jesús, y luego de recibir los principios básicos para la formación de su carácter, les dio la oportunidad de práctica lo que habían aprendido, asignándoles responsabilidades crecientes, desde tareas domésticas y/o administrativas simples hasta tareas ministeriales.
Para delegar esas responsabilidades efectivamente a sus discípulos, utilizó cuatro principios:
PRIMERO. No delegó responsabilidades prematuramente. La delegación prematura puede alimentar el orgullo y reforzar el concepto mundano de que las habilidades y los talentos producen fruto. Este concepto sostiene que hacer más es más importante que ser, y refleja la mentalidad de que ministrar y discipular es trabajo el hombre en lugar de ser la obra del Espíritu.
SEGUNDO. Delegó con claridad. Definió específicamente la responsabilidad y los resultados que esperaba. No debemos dar como un hecho que nuestro discípulo sabe como cumplir con la responsabilidad que le hemos asignado a menos que lo hayamos hechos previamente con él, o que nos haya visto hacerlo. Debemos estar seguros que entiende claramente los resultados que esperamos.
TERCERO. Delegó gradualmente (Luc 16.10). La delegación de responsabilidades se debe iniciar despacio, comenzando con tareas pequeñas que tengan un alto grado de posibilidad de éxito para fortalecer la seguridad de los discípulos. Esta delegación gradual ayuda a evitar errores innecesarios que dañen la confianza de los discípulos porque los fracasos originan inseguridad.
CUARTO. Inspiró confianza. Nuestros discípulos deben saber que tenemos confianza en sus habilidades para realizar la tarea que les hemos señalado y que nos agradamos por las tareas bien realizadas estimulándolos y dándoles reconocimiento (2 Tes 1.3-4, Fil 4-5). Hagámosles comentarios que conduzcan a mejorar en lugar de estancarnos en fallos transitorios. Nuestra actitud más que nuestras palabras incrementaran su confianza. Debemos asegurarnos de que ellos sientan que están haciendo una contribución significativa. Demostrémosles nuestra confianza consultando sus opiniones sobre problemas específicos, y sigamos sus consejos cuando sea posible.
Aunque hay ciertas responsabilidades y decisiones que no podemos ni debemos ceder, necesitamos delegar tanto como sea posible. Los hombres a quienes Cristo adiestró, después delegaron responsabilidades también (Hh 6, 1 Ped 5.1-4, Tit 3:8).
Preguntas para autoevaluación.
¿Cuáles son los seis elementos fundamentales en la forma de Jesús de hacer discípulos?
¿Cómo definiría el modelaje y a que se refiere primordialmente?
¿Cuáles fueron las fallas de los modelos de los que aprendió a vivir la vida cristiana?
¿Qué necesita hacer para mejorar su calidad de modelo para otros?
¿Cómo definiría el adiestramiento práctico?
¿Cuál es la importancia del adiestramiento práctico en la formación de discípulos?
¿Cuáles fueron las fallas de su adiestramiento práctico en el transcurso de su vida cristiana?
¿Qué necesita hacer para mejorar la calidad del adiestramiento práctico de sus discípulos?
¿Cómo definiría la delegación de responsabilidad?
¿Qué elementos consideró Jesús en la delegación de autoridad a sus discípulos?
¿Qué fallas ha observado en la delegación de responsabilidades en su vida cristiana?
¿Cómo evitar esas fallas en la delegación de responsabilidades a sus discípulos?
¿Qué necesita mejorar para hacer una mejor delegación de responsabilidades?
EL MODELO DE JESUS PARA HACER DISCÍPULOS (1).
Objetivos de la enseñanza.
Conocer y entender la forma como Jesús hacía discípulos, y los elementos básicos de ese modelo, para aplicarlos en nuestro quehacer como discipuladores y alcanzar mejores niveles de eficiencia en el discipulado.
Introducción.
El método de Cristo para hacer discípulos implicaba un enfoque múltiple:
Primero. Su método y mensaje fue: “ejemplo os he dado” (Jn 13:15). Ello implica ser modelo.
Segundo. Proporcionó una capacitación práctica por un largo período de tiempo (Hch 20:31).
Tercero. Delegó responsabilidad.
Cuarto. Delegación de autoridad.
Quinto. Confianza en sus discípulos.
Sexto. Retirada.
Si falta cualquiera de los cuatro, no habrá discípulado.
Modelo.
La mayor parte de lo que somos hoy es el resultado de lo que hemos observado y escuchado de otros a lo largo de nuestra vida.
Hacer un discípulo es un proceso que comienza por el ejemplo porque el carácter no se enseña sino que se modela, se muestra. Esa fue la razón por la que Cristo les pidió a sus discípulos que dejarán sus ocupaciones para estar con El (Mar 3:14) y adiestrarlos.
En muchas ocasiones en los Evangelios vemos a Jesús compartiendo solo con sus discípulos, después de haber estado con las multitudes, para explicarles y que pudieran comprender las razones y los principios que motivaban sus enseñanzas (Mar 13:10-15, Mar 4:11, Mar 4:34).
El se concentraba en moldear sus caracteres, no en suministrarles simple información, por lo que lo que los discípulos vieron y oyeron los afectó radicalmente, de tal manera, que pudieron hacer la obra que Jesús les encomendó para su tiempo, que era una obra que superaba todas sus posibilidades. Al observarlo y escucharlo sus vidas fueron transformadas radicalmente, y de simples personas sin educación fueron transformados en ministros funcionales, llenos de gracia y de poder (Hch 6:8), y aún muchos de sus adversarios atribuyeron ese cambio al hecho de que habían estado con Jesús (Hch 4.13).
Resulta mucho más fácil para un discípulo convertirse en algo que puede ver que en algo acerca de lo cual solamente escucha. El discipulador debe dejar que su discípulo observe su vida, ministerio y amor a Dios y a sus semejantes. Mientras más tiempo pasen juntos más efectivo será el discipulado (Prov 27.17).
Adiestramiento práctico.
No existe adiestramiento real sin participación, si actividad práctica.
Las habilidades se desarrollan mejor, y los conocimientos teóricos se fijan más rápidamente, mediante la aplicación práctica del conocimiento.
Jesús fue el más grande Maestro que ha existido sobre la faz de la tierra porque El armonizó perfectamente el conocimiento que les impartió a sus discípulos con la participación práctica.
El les aconsejó que pusieran en práctica lo que les había enseñado porque a medida que lo hicieran entenderían mejor lo que habían oído (Mar 4:24).
Delegación de responsabilidad.
Después de que los discípulos observaron la vida y ministerio de Jesús, y luego de recibir los principios básicos para la formación de su carácter, les dio la oportunidad de práctica lo que habían aprendido, asignándoles responsabilidades crecientes, desde tareas domésticas y/o administrativas simples hasta tareas ministeriales.
Para delegar esas responsabilidades efectivamente a sus discípulos, utilizó cuatro principios:
PRIMERO. No delegó responsabilidades prematuramente. La delegación prematura puede alimentar el orgullo y reforzar el concepto mundano de que las habilidades y los talentos producen fruto. Este concepto sostiene que hacer más es más importante que ser, y refleja la mentalidad de que ministrar y discipular es trabajo el hombre en lugar de ser la obra del Espíritu.
SEGUNDO. Delegó con claridad. Definió específicamente la responsabilidad y los resultados que esperaba. No debemos dar como un hecho que nuestro discípulo sabe como cumplir con la responsabilidad que le hemos asignado a menos que lo hayamos hechos previamente con él, o que nos haya visto hacerlo. Debemos estar seguros que entiende claramente los resultados que esperamos.
TERCERO. Delegó gradualmente (Luc 16.10). La delegación de responsabilidades se debe iniciar despacio, comenzando con tareas pequeñas que tengan un alto grado de posibilidad de éxito para fortalecer la seguridad de los discípulos. Esta delegación gradual ayuda a evitar errores innecesarios que dañen la confianza de los discípulos porque los fracasos originan inseguridad.
CUARTO. Inspiró confianza. Nuestros discípulos deben saber que tenemos confianza en sus habilidades para realizar la tarea que les hemos señalado y que nos agradamos por las tareas bien realizadas estimulándolos y dándoles reconocimiento (2 Tes 1.3-4, Fil 4-5). Hagámosles comentarios que conduzcan a mejorar en lugar de estancarnos en fallos transitorios. Nuestra actitud más que nuestras palabras incrementaran su confianza. Debemos asegurarnos de que ellos sientan que están haciendo una contribución significativa. Demostrémosles nuestra confianza consultando sus opiniones sobre problemas específicos, y sigamos sus consejos cuando sea posible.
Aunque hay ciertas responsabilidades y decisiones que no podemos ni debemos ceder, necesitamos delegar tanto como sea posible. Los hombres a quienes Cristo adiestró, después delegaron responsabilidades también (Hh 6, 1 Ped 5.1-4, Tit 3:8).
Preguntas para autoevaluación.
¿Cuáles son los seis elementos fundamentales en la forma de Jesús de hacer discípulos?
¿Cómo definiría el modelaje y a que se refiere primordialmente?
¿Cuáles fueron las fallas de los modelos de los que aprendió a vivir la vida cristiana?
¿Qué necesita hacer para mejorar su calidad de modelo para otros?
¿Cómo definiría el adiestramiento práctico?
¿Cuál es la importancia del adiestramiento práctico en la formación de discípulos?
¿Cuáles fueron las fallas de su adiestramiento práctico en el transcurso de su vida cristiana?
¿Qué necesita hacer para mejorar la calidad del adiestramiento práctico de sus discípulos?
¿Cómo definiría la delegación de responsabilidad?
¿Qué elementos consideró Jesús en la delegación de autoridad a sus discípulos?
¿Qué fallas ha observado en la delegación de responsabilidades en su vida cristiana?
¿Cómo evitar esas fallas en la delegación de responsabilidades a sus discípulos?
¿Qué necesita mejorar para hacer una mejor delegación de responsabilidades?
23
Dic
2008