Estudio Bíblico

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Perla. Nuestra originalidad, individualidad, especificidad.



Cuando Jesús nació en Belén, el Verbo de Dios que creó todo el universo ahora era un bebe indefenso dentro del universo que Él creó (Luc_2.1-20).
• El Todopoderoso se convierte en el ser más débil.
• Los ojos que ven todas las cosas ahora apenas se pueden enfocar.
• La boca que habló y dio existencia al universo ahora solamente puede ofrecer el llanto de un bebe indefenso.
• Es el milagro del amor, la humildad del amor y el milagro de la especificidad.

¿Especificidad?
• Dios es Omnipresente, está en todo lugar al mismo tiempo.
• Pero en la encarnación se vuelve específico en cuanto al tiempo y el espacio.
• Está solamente en un punto del espacio y únicamente en un momento en el tiempo.

Dios es universal, la Luz del mundo, la causa de toda existencia.
• Sin embargo, ahora se vuelve específico a una cultura, un pueblo, una tribu, una casa, una genealogía, una familia, una vida.
• El Dios universal de toda existencia ahora se convierte en un bebé judío, un muchacho judío, un rabino judío, caminando con sandalias sobre el suelo y el polvo de la Judea del primer siglo.

Todo lo que Él hace ahora está contenido en un lugar concreto y en un momento concreto en el tiempo (Mat_25:14-15).
• Perdona a pecadores concretos.
• Acepta a marginados concretos.
• Multiplica panes concretos.
• Toca a personas concretas.
• Sana enfermedades concretas.

A fin de conocer el poder de Su Amor necesitamos recibirlo en su especificidad, de modo concreto para nosotros (Heb_4:12, 1Pe_4:10).
• Su Sacrificio concreto para nosotros, para cada uno.
• Su perdón para los pecados concretos de cada uno.
• Su Palabra específicamente para las situaciones concretas de cada uno.

Necesitamos vivir nuestra vida en Dios en especificidad (mi Dios y Padre, pero también nuestro Dios y Padre).
• Su amor se manifestará en lo específico de las situaciones de vida de cada uno.
• Lo conoceremos de las maneras específicas que requiere nuestra vida específica.

Aplicación práctica.
• No necesitamos ser copias de nadie (las copias nunca llegan a la calidad de los originales).
• Necesitamos relacionarnos con “mi” Padre y Dios de las maneras específicas e individuales, originales, con las que Él me creó (Sal_139:13-16)
• Necesitamos amar, bendecir y practicar nuestra fe en especificidad, desde nuestra propia individualidad, en comunión con otros, pero desde nuestra propia especificidad (como ojo, oído, pie, o lo que sea que seamos).


Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.

20 Jun 2024