Perla. La Luz y el sol.
La luz del sol nada ni nadie la puede oscurecer:
• Una montaña, una casa, una mano, cualquier otro objeto, incluso las nubes, no lo pueden oscurecer.
• Pueden durante un tiempo tal vez ocultárnoslo, pero su luz no dejará de alumbrar.
• La verdadera magnitud del sol es tan colosal que cualquier cosa en comparación con él es nada.
• Aunque no lo parezca a simple vista, pero así es si lo examinamos mejor.
Y así es con Cristo.
• Hace dos mil años Él dijo "Yo soy la Luz del Mundo" (Jua_8:12).
• Desde entonces los siglos han comenzado y terminado,
• Imperios han surgido y caído,
• Reyes y personajes han surgido y han terminado,
• Sistemas de pensamiento humano han surgido, se han encumbrado en la intelectualidad y han sido desechados.
• Pero no sucede así con Cristo.
• Muchos han tratado, por todos los medios, de apagar Su Luz, y aunque hayan tenido algún logro parcial, la magnitud de Su Luz, Su Grandeza, no ha dejado de alumbrar.
• En contrario a todas las cosas que hemos mencionado que han tratado de apagar Su Luz, el sigue Inmutable, tan central, tan colosal, tan importante, tan verdadero, como siempre.
• Todo cambia excepto Él.
Aplicación práctica.
• Dejemos de buscar fuera de Él, la Luz que solo Él nos puede dar.
• No permitamos que nada oscurezca Su Luz, Su Consejo, Su Verdad.
• Veamos todas las cosas bajo Su Luz.
• Cualquier problema o asunto que enfrentemos será pequeño comparado con Él (Efe_3:17-21).
• Desaparecerá ante la magnitud e importancia del Hijo.
• Él no cambia, Es el mismo siempre (Heb_13:8).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
• Una montaña, una casa, una mano, cualquier otro objeto, incluso las nubes, no lo pueden oscurecer.
• Pueden durante un tiempo tal vez ocultárnoslo, pero su luz no dejará de alumbrar.
• La verdadera magnitud del sol es tan colosal que cualquier cosa en comparación con él es nada.
• Aunque no lo parezca a simple vista, pero así es si lo examinamos mejor.
Y así es con Cristo.
• Hace dos mil años Él dijo "Yo soy la Luz del Mundo" (Jua_8:12).
• Desde entonces los siglos han comenzado y terminado,
• Imperios han surgido y caído,
• Reyes y personajes han surgido y han terminado,
• Sistemas de pensamiento humano han surgido, se han encumbrado en la intelectualidad y han sido desechados.
• Pero no sucede así con Cristo.
• Muchos han tratado, por todos los medios, de apagar Su Luz, y aunque hayan tenido algún logro parcial, la magnitud de Su Luz, Su Grandeza, no ha dejado de alumbrar.
• En contrario a todas las cosas que hemos mencionado que han tratado de apagar Su Luz, el sigue Inmutable, tan central, tan colosal, tan importante, tan verdadero, como siempre.
• Todo cambia excepto Él.
Aplicación práctica.
• Dejemos de buscar fuera de Él, la Luz que solo Él nos puede dar.
• No permitamos que nada oscurezca Su Luz, Su Consejo, Su Verdad.
• Veamos todas las cosas bajo Su Luz.
• Cualquier problema o asunto que enfrentemos será pequeño comparado con Él (Efe_3:17-21).
• Desaparecerá ante la magnitud e importancia del Hijo.
• Él no cambia, Es el mismo siempre (Heb_13:8).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
24
Jun
2024