Perla. Conocer a Dios.
Una de las razones por las que Dios nos da la eternidad:
• Porque el propósito de nuestra eternidad es conocerle a Él (Jua_17:3).
• Y por ello debe haber eternidad (Dios es infinito, eterno, ilimitado, sin fin).
• La eternidad es el tiempo que nos llevará conocer a Dios.
• Por lo tanto, no cometamos el error de pensar que ya sabemos todo lo que hay que saber de Él.
• Cuando pensamos que sabemos, dejamos de saber.
• Y si es necesaria una eternidad para conocerle.
• ¿Cuánto conocemos de Él ahora?
• Una eternísima, una pizca del infinito, cerca de nada.
• Por ello necesitamos aplicarnos al conocimiento de Él a través de las Escrituras (Jua_5:39, Mar_12:24).
• Y a la comunión con Él por el Espíritu Santo (1Co_2:9-12).
Sin importar lo mucho que conozcamos, siempre habrá más.
• Y en ese "habrá más" también está implicada más calidad de vida para nosotros aquí en la tierra.
• A pesar de lo mucho o poco que hayamos alcanzado de calidad de vida en Dios, hay más, mucho más para nosotros aquí en la tierra, y por supuesto, de manera perfecta en la eternidad.
• De tal manera que siempre deberíamos acercarnos más, mucho más a Dios.
• Como unos que no conocen casi nada (Sal_42:1-2, Sal_63:1-2).
• Como niños deseosos de aprender, con expectativas por lo nuevo, lo novedoso.
• Nunca dejemos de buscarlo.
• Nunca dejemos de seguir adelante para conocerlo.
• Porque la eternidad es el tiempo que nos tomará conocerlo.
• Y toda esta nuestra vida apenas es el principio de la eternidad.
Ya que nos tomará una eternidad conocerlo:
• Hay mucho más que nos queda por descubrir.
• Busquemos conocerlo a Él hoy como si fuera la primera vez.
• Con hambre, con sed, con necesidad, con urgencia.
• Porque en ello nos va la vida.
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
• Porque el propósito de nuestra eternidad es conocerle a Él (Jua_17:3).
• Y por ello debe haber eternidad (Dios es infinito, eterno, ilimitado, sin fin).
• La eternidad es el tiempo que nos llevará conocer a Dios.
• Por lo tanto, no cometamos el error de pensar que ya sabemos todo lo que hay que saber de Él.
• Cuando pensamos que sabemos, dejamos de saber.
• Y si es necesaria una eternidad para conocerle.
• ¿Cuánto conocemos de Él ahora?
• Una eternísima, una pizca del infinito, cerca de nada.
• Por ello necesitamos aplicarnos al conocimiento de Él a través de las Escrituras (Jua_5:39, Mar_12:24).
• Y a la comunión con Él por el Espíritu Santo (1Co_2:9-12).
Sin importar lo mucho que conozcamos, siempre habrá más.
• Y en ese "habrá más" también está implicada más calidad de vida para nosotros aquí en la tierra.
• A pesar de lo mucho o poco que hayamos alcanzado de calidad de vida en Dios, hay más, mucho más para nosotros aquí en la tierra, y por supuesto, de manera perfecta en la eternidad.
• De tal manera que siempre deberíamos acercarnos más, mucho más a Dios.
• Como unos que no conocen casi nada (Sal_42:1-2, Sal_63:1-2).
• Como niños deseosos de aprender, con expectativas por lo nuevo, lo novedoso.
• Nunca dejemos de buscarlo.
• Nunca dejemos de seguir adelante para conocerlo.
• Porque la eternidad es el tiempo que nos tomará conocerlo.
• Y toda esta nuestra vida apenas es el principio de la eternidad.
Ya que nos tomará una eternidad conocerlo:
• Hay mucho más que nos queda por descubrir.
• Busquemos conocerlo a Él hoy como si fuera la primera vez.
• Con hambre, con sed, con necesidad, con urgencia.
• Porque en ello nos va la vida.
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
02
Jul
2024