Masculinidad, feminidad y crisis de identidad (artículo).
LA MASCULINIDAD.
CAMBIOS, FUNCIONES Y MASCULINIDAD.
Históricamente, el hombre ha definido su masculinidad por medio de las diferentes funciones que ha desempeñado para sus familias y para la sociedad: trabajo, provisión económica, gobierno y dirección.
Hoy, los cambios culturales, sociales, creencias, laborales, etc., han producido una crisis de identidad y de propósito en los hombres: no hay una definición clara de lo que es la hombría, la masculinidad y la paternidad.
Algunos de estos cambios son, por ejemplo: el movimiento para la igualdad de la mujer, la incorporación gradualmente creciente de la mujer al campo educativo, profesional, laboral y gubernamental, la independencia económica que están obteniendo las mujeres, etc.
Ahora que estas funciones se encuentran en transición y las mujeres también las están ejerciendo los hombres se han quedado sin fundamentos inconfundibles para definir de una manera clara y simple su masculinidad (y también la feminidad).
Todo esa indefinición también se manifiesta en la moda, los peinados, los servicios, etc.,: la proliferación de lo unisex.
Frecuentemente, los varones ya no se sienten necesitados, indispensables, para las mujeres.
Ante toda esa confusión y situación, algunos:
• Han reaccionado con ira y con enojo.
• Han reafirmado o reforzado su dominio tradicional sobre las mujeres.
• Tienen miedo de perder el control.
• Han reaccionado por medio de ser competitivos o por medio de aislarse.
• Son dictatoriales o incluso, aún abusivos, con sus familias.
En fin, han tratado de compensar el avance de la igualdad de las mujeres con restricciones muy severas en los estilos de vida y en las libertades con que éstas cuentan.
El impacto de esta confusión en las mujeres, las familias, las iglesias y la sociedad es aterrador:
• Mujeres sufriendo la violencia de los hombres enojados.
• Niños y niñas siendo víctimas del abuso y del resentimiento.
• Deterioro social delincuencia, pobreza, corrupción, inmoralidad, etc.
LA CRISIS DE IDENTIDAD.
Los hombres tradicionalmente han definido su masculinidad por medio de sus funciones (no de su propósito). Ello tiene varias implicaciones:
UNO. Históricamente, los hombres y las mujeres establecieron funciones que no se contraponían las unas con las otras.
DOS. Hoy, las funciones que tradicionalmente desarrollaban los hombres y las mujeres no solo han cambiado, sino que se contraponen unas con otras.
TRES. Debido a eso, también las relaciones entre hombres y mujeres hoy son diferentes, las mujeres ya no tienen que depender de los hombres para su seguridad y su supervivencia.
CUATRO. Debido a los cambios de funciones y de las relaciones derivadas. los hombres (y también las mujeres), están atravesando por una crisis de identidad y de propósito.
CINCO. Si una persona relaciona su identidad con sus funciones, entonces, cuando las funciones cambian, esa persona, ya no encuentra base alguna para definir su masculinidad y/o su feminidad.
SEIS. Debido al papel fundamental asignado por Dios al hombre, esta crisis de identidad y de propósito está destruyendo (o comenzando a destruir) a las personas, los matrimonios, las familias, las iglesias y la sociedad en general.
LA SOLUCIÓN.
Volver a las sendas antiguas, a la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre, para encontrar en ella las claves de la verdadera masculinidad y feminidad, y dejar de querer encontrarla según nuestros propios estándares, preferencias, pensamientos y deseos (Prov 16:25).
CAMBIOS, FUNCIONES Y MASCULINIDAD.
Históricamente, el hombre ha definido su masculinidad por medio de las diferentes funciones que ha desempeñado para sus familias y para la sociedad: trabajo, provisión económica, gobierno y dirección.
Hoy, los cambios culturales, sociales, creencias, laborales, etc., han producido una crisis de identidad y de propósito en los hombres: no hay una definición clara de lo que es la hombría, la masculinidad y la paternidad.
Algunos de estos cambios son, por ejemplo: el movimiento para la igualdad de la mujer, la incorporación gradualmente creciente de la mujer al campo educativo, profesional, laboral y gubernamental, la independencia económica que están obteniendo las mujeres, etc.
Ahora que estas funciones se encuentran en transición y las mujeres también las están ejerciendo los hombres se han quedado sin fundamentos inconfundibles para definir de una manera clara y simple su masculinidad (y también la feminidad).
Todo esa indefinición también se manifiesta en la moda, los peinados, los servicios, etc.,: la proliferación de lo unisex.
Frecuentemente, los varones ya no se sienten necesitados, indispensables, para las mujeres.
Ante toda esa confusión y situación, algunos:
• Han reaccionado con ira y con enojo.
• Han reafirmado o reforzado su dominio tradicional sobre las mujeres.
• Tienen miedo de perder el control.
• Han reaccionado por medio de ser competitivos o por medio de aislarse.
• Son dictatoriales o incluso, aún abusivos, con sus familias.
En fin, han tratado de compensar el avance de la igualdad de las mujeres con restricciones muy severas en los estilos de vida y en las libertades con que éstas cuentan.
El impacto de esta confusión en las mujeres, las familias, las iglesias y la sociedad es aterrador:
• Mujeres sufriendo la violencia de los hombres enojados.
• Niños y niñas siendo víctimas del abuso y del resentimiento.
• Deterioro social delincuencia, pobreza, corrupción, inmoralidad, etc.
LA CRISIS DE IDENTIDAD.
Los hombres tradicionalmente han definido su masculinidad por medio de sus funciones (no de su propósito). Ello tiene varias implicaciones:
UNO. Históricamente, los hombres y las mujeres establecieron funciones que no se contraponían las unas con las otras.
DOS. Hoy, las funciones que tradicionalmente desarrollaban los hombres y las mujeres no solo han cambiado, sino que se contraponen unas con otras.
TRES. Debido a eso, también las relaciones entre hombres y mujeres hoy son diferentes, las mujeres ya no tienen que depender de los hombres para su seguridad y su supervivencia.
CUATRO. Debido a los cambios de funciones y de las relaciones derivadas. los hombres (y también las mujeres), están atravesando por una crisis de identidad y de propósito.
CINCO. Si una persona relaciona su identidad con sus funciones, entonces, cuando las funciones cambian, esa persona, ya no encuentra base alguna para definir su masculinidad y/o su feminidad.
SEIS. Debido al papel fundamental asignado por Dios al hombre, esta crisis de identidad y de propósito está destruyendo (o comenzando a destruir) a las personas, los matrimonios, las familias, las iglesias y la sociedad en general.
LA SOLUCIÓN.
Volver a las sendas antiguas, a la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre, para encontrar en ella las claves de la verdadera masculinidad y feminidad, y dejar de querer encontrarla según nuestros propios estándares, preferencias, pensamientos y deseos (Prov 16:25).
05
Ene
2009