El hombre y la mujer en el plan de Dios.
EL PROPÓSITO DE DIOS PARA EL VARÓN.
El propósito del varón fue escogido por Dios: su prioridad, su posición y la tarea.
La prioridad del varón significa que él fue formado primero a fin de ser el fundamento para la familia humana.
La posición del varón significa que él tiene que permanecer contínuamente en la presencia de Dios. Sin esto no puede funcionar en los propósitos de Dios.
Dios nunca tuvo la intención de remover a Adán del Jardín del Edén.
La intención de Dios era que el Jardín de Su presencia se moviera por toda la tierra.
Dios quería que el varón creciera en su habilidad de dominar por medio de aprender primeramente a gobernar el Jardín del Edén.
La tarea del varón incluye seis propósitos específicos que él tiene que cumplir: visionario, líder, maestro, cultivador, proveedor y protector.
Dios ha diseñado y equipado al varón para que pueda llevar a cabo cada propósito y cada tarea que le ha sido dada.
Darle nombre a algo implica hacerse responsable por ese algo.
Dios le permitió a Adán a nombrar a Eva debido a que El quería que el hombre fuera completamente responsable por la mujer.
Es al varón quién ya está viviendo y trabajando en sus propósitos a quién Dios le dice que “no es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda idónea para él” (Gen 2.18).
La mujer fue sacada del varón y fue hecha de la misma esencia del varón.
La mujer es la compañera que Dios le dio al varón; ella es la idea de Dios para el varón.
La mujer es el complemento perfecto del varón y es igualmente socia con el varón en los propósitos de Dios.
Los varones y las mujeres son de la misma esencia, pero con diferentes diseños, complementarios, para poder cumplir sus propósitos asignados por Dios.
La mujer es la ayuda idónea del varón: todo lo que existe en ella fue diseñado para ayudarlo.
El hombre es esencialmente un dador y la mujer es esencialmente una receptora.
El hombre fue creado para dar amor y la mujer fue creada para recibir amor.
Etc.
Tanto el varón como la mujer tienen dominio, sin embargo, debido a que tienen propósitos y diseños diferentes, su autoridad se manifiesta y se lleva en formas distintas.
Por el hecho de que una mujer sea mujer, ello no implica que es inferior al varón. Así como el hecho de que un varón sea varón, no implica que sea superior a la mujer.
Sus diferencias no indican superioridad ni inferioridad sino solo diferencias de propósito.
LA MUJER EN EL PLAN DE DIOS.
La mujer, igual que el varón, es idea de Dios (Gen 1:26-28, Gen 2:18, Gen 2:23-25)
La singularidad de la mujer, al igual que la del varón, es un reflejo de los propósitos de Dios y de Su diseño para ella.
La mujer, al igual que el varón, tiene un espíritu dentro de ella, que es de la misma esencia que el espíritu del varón (el Espíritu de Dios), que la hace un ser espiritual responsable y libre.
Cuando un varón (o alguna otra persona) no trata bien a una mujer (o a un varón), lo que ha hecho es que ha interferido con el Espíritu que está dentro de la mujer (o del varón): como es parte del Espíritu de Dios, Dios le resiste (1 Ped 3:7).
La mujer fue tomada del hombre: la mujer necesita estar conectada a su fuente de recursos.
Conectada no es lo mismo que humillada.
Así como Cristo es responsable por la Iglesia, el marido es responsable por la esposa.
La fuente de recursos es responsable por el producto.
La mujer fue hecha para todo lo que el varón tiene.
El varón es la cobertura (servicio y protección) de la mujer.
El esposo debería amar a su esposa como él se ama a sí mismo.
Los propósitos de Dios para con la mujer:
• Mejoradora.
• Reflectora: así como la Iglesia refleja a Cristo, así la mujer refleja al varón.
• Fue hecha para ser objeto del amor del varón.
• Fue hecha para reflejar el amor que él le da a ella.
• Dadora y sustentadora de vida.
• Consejera.
El propósito del varón fue escogido por Dios: su prioridad, su posición y la tarea.
La prioridad del varón significa que él fue formado primero a fin de ser el fundamento para la familia humana.
La posición del varón significa que él tiene que permanecer contínuamente en la presencia de Dios. Sin esto no puede funcionar en los propósitos de Dios.
Dios nunca tuvo la intención de remover a Adán del Jardín del Edén.
La intención de Dios era que el Jardín de Su presencia se moviera por toda la tierra.
Dios quería que el varón creciera en su habilidad de dominar por medio de aprender primeramente a gobernar el Jardín del Edén.
La tarea del varón incluye seis propósitos específicos que él tiene que cumplir: visionario, líder, maestro, cultivador, proveedor y protector.
Dios ha diseñado y equipado al varón para que pueda llevar a cabo cada propósito y cada tarea que le ha sido dada.
Darle nombre a algo implica hacerse responsable por ese algo.
Dios le permitió a Adán a nombrar a Eva debido a que El quería que el hombre fuera completamente responsable por la mujer.
Es al varón quién ya está viviendo y trabajando en sus propósitos a quién Dios le dice que “no es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda idónea para él” (Gen 2.18).
La mujer fue sacada del varón y fue hecha de la misma esencia del varón.
La mujer es la compañera que Dios le dio al varón; ella es la idea de Dios para el varón.
La mujer es el complemento perfecto del varón y es igualmente socia con el varón en los propósitos de Dios.
Los varones y las mujeres son de la misma esencia, pero con diferentes diseños, complementarios, para poder cumplir sus propósitos asignados por Dios.
La mujer es la ayuda idónea del varón: todo lo que existe en ella fue diseñado para ayudarlo.
El hombre es esencialmente un dador y la mujer es esencialmente una receptora.
El hombre fue creado para dar amor y la mujer fue creada para recibir amor.
Etc.
Tanto el varón como la mujer tienen dominio, sin embargo, debido a que tienen propósitos y diseños diferentes, su autoridad se manifiesta y se lleva en formas distintas.
Por el hecho de que una mujer sea mujer, ello no implica que es inferior al varón. Así como el hecho de que un varón sea varón, no implica que sea superior a la mujer.
Sus diferencias no indican superioridad ni inferioridad sino solo diferencias de propósito.
LA MUJER EN EL PLAN DE DIOS.
La mujer, igual que el varón, es idea de Dios (Gen 1:26-28, Gen 2:18, Gen 2:23-25)
La singularidad de la mujer, al igual que la del varón, es un reflejo de los propósitos de Dios y de Su diseño para ella.
La mujer, al igual que el varón, tiene un espíritu dentro de ella, que es de la misma esencia que el espíritu del varón (el Espíritu de Dios), que la hace un ser espiritual responsable y libre.
Cuando un varón (o alguna otra persona) no trata bien a una mujer (o a un varón), lo que ha hecho es que ha interferido con el Espíritu que está dentro de la mujer (o del varón): como es parte del Espíritu de Dios, Dios le resiste (1 Ped 3:7).
La mujer fue tomada del hombre: la mujer necesita estar conectada a su fuente de recursos.
Conectada no es lo mismo que humillada.
Así como Cristo es responsable por la Iglesia, el marido es responsable por la esposa.
La fuente de recursos es responsable por el producto.
La mujer fue hecha para todo lo que el varón tiene.
El varón es la cobertura (servicio y protección) de la mujer.
El esposo debería amar a su esposa como él se ama a sí mismo.
Los propósitos de Dios para con la mujer:
• Mejoradora.
• Reflectora: así como la Iglesia refleja a Cristo, así la mujer refleja al varón.
• Fue hecha para ser objeto del amor del varón.
• Fue hecha para reflejar el amor que él le da a ella.
• Dadora y sustentadora de vida.
• Consejera.
05
Ene
2009