Salmo 23. Nada nos faltará.
Nada nos faltará.
1 Tes 5:23: el ser humano es espíritu, alma y cuerpo, con necesidades en las tres áreas.
• Antes de la fundación del mundo nos conoció y sabía nuestras circunstancias y las necesidades que enfrentaríamos (Sal 139:13-16) y determinó Su provisión para ellas.
• ¿Qué circunstancias?
Nuestros pecados: el perdón.
Nuestros errores, fallas, fracasos: aprendizaje.
Nuestras batallas: la victoria.
Nuestras necesidades: la provisión.
Nuestra vida en Su Voluntad: la fortaleza del Espíritu Santo.
Enfermedad física y psicológica: Él sana, liberta, restaura.
Nuestro crecimiento y madurez en todos los aspectos de la vida: pruebas, exámenes, confrontación, disciplina, etc.
Etc.
• ¿Por qué hoy podemos no estar viendo esa provisión?
Porque Él Señor no es un Dios de eventos sino de procesos (Rom 8:28-29, 2 Cor 3:18, Fil 1:6).
Nuestros procesos también coinciden con procesos en otros (mi prueba no es solo mías, sino también de los demás a mi alrededor).
Dios hace todas las cosas hermosas EN SU TIEMPO (Ecle 3:11).
La voluntad primaria de Dios para nosotros es que seamos formados al carácter de Cristo, santificación (2 Tes 4:3, 2 Cor 3:18), nuestro bienestar permanente, no temporal, momentáneo (Rom_8:28-29).
• Su provisión para nosotros abarca todos los tiempos que nos tocarán vivir (2 aplicaciones):
La vida terrenal:
Tiempos de calma (Sal 23:2-3).
De agitación para adquirir mayor madurez espiritual (Sal 23:4, Rom 8:28-29).
Tiempos de un nuevo nivel de madurez espiritual y de bendición (Sal 23:5-6, Prov 4:18).
Las tres etapas de la vida:
La vida terrenal (Sal 23:2-3).
La muerte física (no espiritual ni del alma, Sal 23:4).
La vida eterna (Sal 23:5-6).
En ambos casos:
Los tiempos de dificultad son temporales (si es necesario, por un breve tiempo, 1 Ped 1:6, 1 Ped 5:10).
Dios los permite para que obren para un mayor bien en nuestra vida (1 Ped 1:7-9, 1 Ped 5:10, Rom 8:28-29, 2 Cor 3:18).
Nuestra vida va en aumento (Prov 4:18, 3 Jn 2).
Las dificultades nos llevan a lugares de mayor bendición.
1 Tes 5:23: el ser humano es espíritu, alma y cuerpo, con necesidades en las tres áreas.
• Antes de la fundación del mundo nos conoció y sabía nuestras circunstancias y las necesidades que enfrentaríamos (Sal 139:13-16) y determinó Su provisión para ellas.
• ¿Qué circunstancias?
Nuestros pecados: el perdón.
Nuestros errores, fallas, fracasos: aprendizaje.
Nuestras batallas: la victoria.
Nuestras necesidades: la provisión.
Nuestra vida en Su Voluntad: la fortaleza del Espíritu Santo.
Enfermedad física y psicológica: Él sana, liberta, restaura.
Nuestro crecimiento y madurez en todos los aspectos de la vida: pruebas, exámenes, confrontación, disciplina, etc.
Etc.
• ¿Por qué hoy podemos no estar viendo esa provisión?
Porque Él Señor no es un Dios de eventos sino de procesos (Rom 8:28-29, 2 Cor 3:18, Fil 1:6).
Nuestros procesos también coinciden con procesos en otros (mi prueba no es solo mías, sino también de los demás a mi alrededor).
Dios hace todas las cosas hermosas EN SU TIEMPO (Ecle 3:11).
La voluntad primaria de Dios para nosotros es que seamos formados al carácter de Cristo, santificación (2 Tes 4:3, 2 Cor 3:18), nuestro bienestar permanente, no temporal, momentáneo (Rom_8:28-29).
• Su provisión para nosotros abarca todos los tiempos que nos tocarán vivir (2 aplicaciones):
La vida terrenal:
Tiempos de calma (Sal 23:2-3).
De agitación para adquirir mayor madurez espiritual (Sal 23:4, Rom 8:28-29).
Tiempos de un nuevo nivel de madurez espiritual y de bendición (Sal 23:5-6, Prov 4:18).
Las tres etapas de la vida:
La vida terrenal (Sal 23:2-3).
La muerte física (no espiritual ni del alma, Sal 23:4).
La vida eterna (Sal 23:5-6).
En ambos casos:
Los tiempos de dificultad son temporales (si es necesario, por un breve tiempo, 1 Ped 1:6, 1 Ped 5:10).
Dios los permite para que obren para un mayor bien en nuestra vida (1 Ped 1:7-9, 1 Ped 5:10, Rom 8:28-29, 2 Cor 3:18).
Nuestra vida va en aumento (Prov 4:18, 3 Jn 2).
Las dificultades nos llevan a lugares de mayor bendición.
07
Ago
2024