El misterio del Rey secreto.
En los últimos días del reino de Judá, reinaba en el trono de David un rey malvado, llamado Jeconías.
• El profeta Jeremías pronunció de parte de Dios una profecía de juicio contra él, una maldición (Jer_22:30).
• Ninguno de sus descendientes tomarían el trono de David.
• La profecía se hizo realidad.
• El linaje real con el pasar de los años se desvaneció.
• Ello implicaba que a lo largo de los años habría legítimos herederos del trono pero que no podrían sentarse en él.
Hubo en Judea un carpintero, un judío piadoso que vivió su vida en secreto.
• Aunque nadie a su alrededor tenía idea, ni él tampoco, en realidad era... el verdadero rey de Israel, el rey secreto.
• Se llamaba José, el padre de Jesús.
• El Mesías prometido a Israel tenía que ser del linaje de David, un heredero justo.
• Y no en el linaje distante de un familiar del heredero real, sino directamente del linaje de David, del heredero de la casa real.
• José era descendiente directo de David y de los reyes de Israel (la genealogía de Mat_1).
• El ángel lo llamó José, hijo de David.
• También se le hizo referencia por su relación con David, a los reyes de Judá.
• Y José, siendo el padre terrenal de Jesús, su hijo primogénito, heredó el trono a Jesús.
• Pilato, la más alta autoridad del imperio romano en Israel, sin saberlo, reconoció a Jesús como el rey de los judíos (Jua_19:19-22).
Enseñanza para nosotros.
• Así como José fue un rey secreto que nunca supo que era rey.
• Y aun así vivió una vida real.
• Todos los que somos de Jesús igualmente somos linaje real llamados a vivir como tales (1Pe_2:9, Apo_1:5-6, Apo_5:10).
• Aquellos que son verdaderamente realeza no necesitan de coronas, ni tronos, ni reconocimiento.
• Nuestra realeza no se encuentra en lo que está a nuestro alrededor, sino en lo que está en nuestro interior (Luc_17:21).
Bibliografía: "El libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
• El profeta Jeremías pronunció de parte de Dios una profecía de juicio contra él, una maldición (Jer_22:30).
• Ninguno de sus descendientes tomarían el trono de David.
• La profecía se hizo realidad.
• El linaje real con el pasar de los años se desvaneció.
• Ello implicaba que a lo largo de los años habría legítimos herederos del trono pero que no podrían sentarse en él.
Hubo en Judea un carpintero, un judío piadoso que vivió su vida en secreto.
• Aunque nadie a su alrededor tenía idea, ni él tampoco, en realidad era... el verdadero rey de Israel, el rey secreto.
• Se llamaba José, el padre de Jesús.
• El Mesías prometido a Israel tenía que ser del linaje de David, un heredero justo.
• Y no en el linaje distante de un familiar del heredero real, sino directamente del linaje de David, del heredero de la casa real.
• José era descendiente directo de David y de los reyes de Israel (la genealogía de Mat_1).
• El ángel lo llamó José, hijo de David.
• También se le hizo referencia por su relación con David, a los reyes de Judá.
• Y José, siendo el padre terrenal de Jesús, su hijo primogénito, heredó el trono a Jesús.
• Pilato, la más alta autoridad del imperio romano en Israel, sin saberlo, reconoció a Jesús como el rey de los judíos (Jua_19:19-22).
Enseñanza para nosotros.
• Así como José fue un rey secreto que nunca supo que era rey.
• Y aun así vivió una vida real.
• Todos los que somos de Jesús igualmente somos linaje real llamados a vivir como tales (1Pe_2:9, Apo_1:5-6, Apo_5:10).
• Aquellos que son verdaderamente realeza no necesitan de coronas, ni tronos, ni reconocimiento.
• Nuestra realeza no se encuentra en lo que está a nuestro alrededor, sino en lo que está en nuestro interior (Luc_17:21).
Bibliografía: "El libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
25
Sep
2024