La Navidad y la Iglesia Cristiana.
La Navidad y la Iglesia Evangélica.
• Los tres principales reformadores protestantes –Martín Lutero, Ulrico Zwingio y Juan Calvino- tenían perspectivas diferentes en cuanto a la celebración de la Navidad que siguen con nosotros hasta el día de hoy.
Lutero, totalmente a favor.
• Le encantó celebrar la Navidad y predicó muchas veces sobre el nacimiento de Cristo cuando se acercaba el 25 de diciembre.
• Se aferró al principio normativo en la adoración, esto es, que se acepta todo lo que la Escritura no prohíbe.
• Aprovechó las fechas especiales para dar a conocer las buenas nuevas del Evangelio que los pastores habían oído.
Zwinglio, totalmente en contra.
• Creyó en el principio regulativo de la adoración, de que las iglesias deben hacer solamente lo que las Escrituras enseñan y exigen que se hagan.
• Se opuso a cualquier celebración que no fuese explícitamente mencionada en el texto bíblico.
Calvino, cada uno conforme a su conciencia.
• Creía que cada congregación local podía determinar cómo mejor celebrar (o no celebrar) la Navidad.
• Escribió dos cartas específicas (enero 1551 y marzo 1555) para aclarar su postura al respecto.
• En la carta de enero 1551, dice en términos explícitos que él mismo, a nivel personal, celebró “el nacimiento de Cristo”.
• En la segunda carta, Calvino se opone a aquéllos que critican a ciertas iglesias que deciden conmemorar fechas especiales.
• Según él, estas cuestiones son “asuntos de indiferencia”.
• Cada iglesia puede tomar la decisión que sea después de haber meditado sobre el tema.
• En otras palabras, una iglesia tiene libertad en Cristo para celebrar la Navidad o para no celebrarla.
• Pero no tiene porqué meterse con otras congregaciones que hacen lo contrario.
Conclusión.
• No hay ninguna postura rotundamente evangélica ni bíblica en cuanto a la Navidad.
• Personalmente, abrazo la postura de Calvino porque me parece la más madura, sensata y pastoral y la más afín a las palabras del apóstol Pablo: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace” (Romanos 14:5-6).
• Así que:
• Si usted está de acuerdo con el pensamiento que opta por celebrar la Navidad: le deseo una muy, muy, muy feliz Navidad este año, y no hable mal de los que no la celebran.
• Si usted está de acuerdo con el pensamiento que decide no celebrar la Navidad: qué lo pase genial este mes de diciembre, y no habla mal de los que la celebran.
• Los tres principales reformadores protestantes –Martín Lutero, Ulrico Zwingio y Juan Calvino- tenían perspectivas diferentes en cuanto a la celebración de la Navidad que siguen con nosotros hasta el día de hoy.
Lutero, totalmente a favor.
• Le encantó celebrar la Navidad y predicó muchas veces sobre el nacimiento de Cristo cuando se acercaba el 25 de diciembre.
• Se aferró al principio normativo en la adoración, esto es, que se acepta todo lo que la Escritura no prohíbe.
• Aprovechó las fechas especiales para dar a conocer las buenas nuevas del Evangelio que los pastores habían oído.
Zwinglio, totalmente en contra.
• Creyó en el principio regulativo de la adoración, de que las iglesias deben hacer solamente lo que las Escrituras enseñan y exigen que se hagan.
• Se opuso a cualquier celebración que no fuese explícitamente mencionada en el texto bíblico.
Calvino, cada uno conforme a su conciencia.
• Creía que cada congregación local podía determinar cómo mejor celebrar (o no celebrar) la Navidad.
• Escribió dos cartas específicas (enero 1551 y marzo 1555) para aclarar su postura al respecto.
• En la carta de enero 1551, dice en términos explícitos que él mismo, a nivel personal, celebró “el nacimiento de Cristo”.
• En la segunda carta, Calvino se opone a aquéllos que critican a ciertas iglesias que deciden conmemorar fechas especiales.
• Según él, estas cuestiones son “asuntos de indiferencia”.
• Cada iglesia puede tomar la decisión que sea después de haber meditado sobre el tema.
• En otras palabras, una iglesia tiene libertad en Cristo para celebrar la Navidad o para no celebrarla.
• Pero no tiene porqué meterse con otras congregaciones que hacen lo contrario.
Conclusión.
• No hay ninguna postura rotundamente evangélica ni bíblica en cuanto a la Navidad.
• Personalmente, abrazo la postura de Calvino porque me parece la más madura, sensata y pastoral y la más afín a las palabras del apóstol Pablo: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace” (Romanos 14:5-6).
• Así que:
• Si usted está de acuerdo con el pensamiento que opta por celebrar la Navidad: le deseo una muy, muy, muy feliz Navidad este año, y no hable mal de los que no la celebran.
• Si usted está de acuerdo con el pensamiento que decide no celebrar la Navidad: qué lo pase genial este mes de diciembre, y no habla mal de los que la celebran.
02
Dic
2024