Fundamentos económicos.
Postulados Económicos
La persona es la base en que se sustentan todos los derechos, incluido el de la empresa individual (Gen 1:26-27), Cada persona es distinta, única y no reemplazable. En un sentido económico, esto significa que:
Uno. Cada persona tiene talentos especiales dados por Dios como productor (Gen 1:28, Gen 2:15, Deut 8:18), lo que se manifiesta en la división del trabajo (Gen 4:2, Gen 4:21-22).
Dos. Cada persona tiene prioridades que le son propias como consumidor.
Tres. Cada persona es responsable de las consecuencias de sus actos (Gal 6:6-9) y debe proveer para sí mismo y su familia (1 Tim 5:8) para procurar, en lo posible, nunca ser carga para los demás (2 Tes 3:10).
El sistema económico, desde la perspectiva cristiana:
Ha de ser tal que sea el medio más idóneo para producir riqueza (Deut 8.18) y la oportunidad de todos para disfrutarla (Prov 11.26, 2 Cor 8:13-15).
Es indispensable que limite la codicia (Prov 1:19, Exo 20:17) y se funde en principios de libertad (1 Ped 2:15-16, Gal 5:13), respeto mutuo (Isa 22:11, Rom 13:7) y justicia (Prov 31:8-9).
Esta libertad incluye:
Primero, la de poseer e intercambiar propiedades (Lev 25:14-17).
Segundo, la de heredar el fruto de su trabajo (Sal 128.2, Ecle 2:24, Ecle 5:19, Sant 5:1-4).
Tercero, la de que los precios sean determinados sin recurrir ni a la fuerza ni al engaño (Prov 20.23, Gen 23:9, Lev 25:50).
El gobierno debe:
Determinar leyes y políticas que promuevan la justicia en todos los órdenes de la vida social (Rom 13:17).
No aprovecharse de la autoridad en su propio beneficio ni en el de las personas que ejercen puestos de autoridad dentro del gobierno (1 Sam 8:4-20).
Seguir políticas que garanticen la promoción y protección de esa libertad económica, mediante la aplicación y respeto de principios y valores de justicia (Mat 6:33) sin caer en las regulaciones excesivas; ya que estas ahogan el crecimiento económico y restringen la libertad de iniciativa (Neh 9:13, Isa 10.1).
Apoyar el progreso económico en un ambiente de libertad con orden, protegiendo la propiedad privada y castigando el robo y el fraude (Exo 20.15, Exo 22:7. Exo 22:9).
Descansar sobre un sistema tributario justo, que sea neutro para no afectar la capacidad de inversión productiva y que le provea los ingresos necesarios para cumplir con sus responsabilidades y atribuciones, que vienen del pueblo a través de la Constitución (Rom 13:7).
Debe ajustarse a sus recursos sin aumentar artificialmente la disponibilidad de dinero para cubrir déficit presupuestarios (Rom 13:7).
Solamente a través del desarrollo de una genuina conducta virtuosa, podremos alcanzar el bienestar espiritual, emocional, corporal y material para todos (Jos 1:8, 3 Jn 2, Deut 28.1-14).
La economía y el medio ambiente se encuentran entrelazados, por lo que el desarrollo económico resulta difícil sin el manejo adecuado de los factores y recursos ambientales, lo que debe hacerse en una forma responsable para no entorpecer la pacífica convivencia entre todos (Gen 2:15. Rom 8.19-21).
La persona es la base en que se sustentan todos los derechos, incluido el de la empresa individual (Gen 1:26-27), Cada persona es distinta, única y no reemplazable. En un sentido económico, esto significa que:
Uno. Cada persona tiene talentos especiales dados por Dios como productor (Gen 1:28, Gen 2:15, Deut 8:18), lo que se manifiesta en la división del trabajo (Gen 4:2, Gen 4:21-22).
Dos. Cada persona tiene prioridades que le son propias como consumidor.
Tres. Cada persona es responsable de las consecuencias de sus actos (Gal 6:6-9) y debe proveer para sí mismo y su familia (1 Tim 5:8) para procurar, en lo posible, nunca ser carga para los demás (2 Tes 3:10).
El sistema económico, desde la perspectiva cristiana:
Ha de ser tal que sea el medio más idóneo para producir riqueza (Deut 8.18) y la oportunidad de todos para disfrutarla (Prov 11.26, 2 Cor 8:13-15).
Es indispensable que limite la codicia (Prov 1:19, Exo 20:17) y se funde en principios de libertad (1 Ped 2:15-16, Gal 5:13), respeto mutuo (Isa 22:11, Rom 13:7) y justicia (Prov 31:8-9).
Esta libertad incluye:
Primero, la de poseer e intercambiar propiedades (Lev 25:14-17).
Segundo, la de heredar el fruto de su trabajo (Sal 128.2, Ecle 2:24, Ecle 5:19, Sant 5:1-4).
Tercero, la de que los precios sean determinados sin recurrir ni a la fuerza ni al engaño (Prov 20.23, Gen 23:9, Lev 25:50).
El gobierno debe:
Determinar leyes y políticas que promuevan la justicia en todos los órdenes de la vida social (Rom 13:17).
No aprovecharse de la autoridad en su propio beneficio ni en el de las personas que ejercen puestos de autoridad dentro del gobierno (1 Sam 8:4-20).
Seguir políticas que garanticen la promoción y protección de esa libertad económica, mediante la aplicación y respeto de principios y valores de justicia (Mat 6:33) sin caer en las regulaciones excesivas; ya que estas ahogan el crecimiento económico y restringen la libertad de iniciativa (Neh 9:13, Isa 10.1).
Apoyar el progreso económico en un ambiente de libertad con orden, protegiendo la propiedad privada y castigando el robo y el fraude (Exo 20.15, Exo 22:7. Exo 22:9).
Descansar sobre un sistema tributario justo, que sea neutro para no afectar la capacidad de inversión productiva y que le provea los ingresos necesarios para cumplir con sus responsabilidades y atribuciones, que vienen del pueblo a través de la Constitución (Rom 13:7).
Debe ajustarse a sus recursos sin aumentar artificialmente la disponibilidad de dinero para cubrir déficit presupuestarios (Rom 13:7).
Solamente a través del desarrollo de una genuina conducta virtuosa, podremos alcanzar el bienestar espiritual, emocional, corporal y material para todos (Jos 1:8, 3 Jn 2, Deut 28.1-14).
La economía y el medio ambiente se encuentran entrelazados, por lo que el desarrollo económico resulta difícil sin el manejo adecuado de los factores y recursos ambientales, lo que debe hacerse en una forma responsable para no entorpecer la pacífica convivencia entre todos (Gen 2:15. Rom 8.19-21).
10
Mar
2009