Estudio Bíblico

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Doctrina de bautismos y bautismo en el Cuerpo.



ENSEÑANZA No. 36.

DOCTRINA DE BAUTISMOS Y BAUTISMO EN EL CUERPO.



Objetivos de la enseñanza.
Mejorar nuestro entendimiento acerca del significado del bautismo cristiano en todas sus modalidades, y pasar por la experiencia de ellos para crecer en la obediencia y la madurez en Cristo.
Mejorar nuestro entendimiento y convicción de que debido al valor tan alto de nuestra salvación, necesitamos vivir de una manera digna y consecuente con la fe que Cristo tiene en nosotros, y para ello necesitamos experimentar los bautismos que Cristo nos enseña en Su Palabra.


Tres tipos de bautismos
En la Palabra de Dios encontramos varios tipos de bautismo, pero nos enfocaremos en tres:
El bautismo en el Cuerpo de Cristo: es el que nos une a la Iglesia universal de Cristo, para funcionar como un solo equipo. Lo realiza el Espíritu Santo.
El bautismo en agua: Es un mandamiento de Jesús, derivado de la salvación que El nos otorga por Su Sangre, y es efectuado por los hombres.
El bautismo en el Espíritu Santo: es un regalo que El nos da para investirnos de poder, y es efectuado por Jesús.
El orden cronológico de los bautismos comienza con el Bautismo en el Cuerpo de Cristo.
En cuanto al bautismo en agua y en el Espíritu Santo, no necesariamente deben ir en una secuencia ordenada siempre, es decir, cualquiera de los dos puede suceder antes que el otro.
Jesús primero fue bautizado en agua y luego descendió el Espíritu Santo (Mar 1:9-11).
Sin embargo, cuando Pedro estaba en la casa de Cornelio, primero se derramó el Espíritu Santo y luego fueron bautizados en agua (Hch 10:44-48).


Bautismo en el Cuerpo de Cristo. (1 Cor 12:13, Rom 12:4-5).
El Cuerpo de Cristo somos todos Todos nosotros hemos sido unidos por el Espíritu Santo para ser uno solo con El, y para trabajar en un fin común, según las diferentes aptitudes y dones que El nos ha dado (Efe 4:11-16):
El trabajo que como miembros de Su Cuerpo somos llamados a realizar (todos los santos) es multidimensional.
Primero. La edificación del Cuerpo de Cristo (crecimiento numérico)
Segundo. Que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios (crecimiento en la relación con Cristo).
Tercero. Que todos lleguemos a la estatura del varón perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo (crecimiento en carácter).
Este crecimiento debe ser individual y corporativo, y ello se logra mediante la metodología que Cristo nos dejó indicada en Mat 28:18-20: evangelismo y discipulado.
Dios nos ha dado dones diferentes a cada uno; sin embargo, debemos comprender que aunque tengamos dones diferentes, somos un mismo cuerpo, realizamos una misma función (anunciar el evangelio y discipular a toda criatura) y todos somos necesarios.
Al ser salvos, el Espíritu Santo nos toma y nos hace parte del cuerpo de Cristo (1 Cor 12:12-31, Rom 12:3-11).
La evidencia de que entendemos y vivimos la verdad de que somos un mismo cuerpo no sólo está en la función que realizamos en común, sino en el amor que debemos manifestar entre nosotros (1 Jn 3:14, 1 Tes 4:9, 1 Jn 4:20).


18 Abr 2009