La gran tribulación.
LOS ULTIMOS TIEMPOS DE LA HISTORIA (25).
LA GRAN TRIBULACIÓN.
GENERALIDADES.
Comenzando en Mat 24:15, Jesús describe las señales extraordinarias que ocurrirán durante la gran tribulación (Apo 7:14) e indican que el fin del mundo está muy cerca (Mat 24:15-29).
Estas señales precederán y avisarán el retorno de Cristo a la tierra después de la gran tribulación (Mat 24:30-31, Apo 19:11-20:4).
La señal más evidente e importante (Mat 24:15) de esta etapa será la abominación desoladora en el Lugar Santo (el templo)
Se refiere primordialmente a la futura profanación del templo judío de Jerusalén por el anticristo (Dan 9:27).
El anticristo, llamado el inicuo, puede ser que levante su imagen en el templo de Dios, declarándose Dios (2 Tes 2:3-4, Apo 13:14-15), o que en el templo ponga su trono, profanándolo..
El tiempo que transcurre entre este acontecimiento y el fin se da cuatro veces en las Escrituras como tres años y medio o mil doscientos sesenta días (Dan 9:25-17, Apo 11:1-2, 12:6, 13:5-7).
Una señal visible que les avisa a los fieles que estén vivos durante esta época que la venida de Cristo a la tierra al final de los tiempos ocurrirá muy pronto.
A causa de esa firme esperanza de la venida de Cristo (Mat 24:33), los fieles deben estar conscientes de que cualquier informe de que Cristo ha vuelto es engañoso (Mat 24:23-27).
Otra señal de esta época será la aparición de falsos profetas que, por ser ministros de satanás, harán grandes señales y prodigios (Mat 24:24).
Los creyentes deben estar especialmente prevenidos en cuanto a los que dicen ser profetas, maestros y predicadores cristianos que, en realidad, son falsos, y sin embargo realizan milagros, sanidades, señales y prodigios, y parecen tener éxito en sus ministerios.
Estos falsos ministros tergiversarán y rechazarán la verdad que se encuentra en la Palabra de Dios (Mat 7:22, Gal 1:9), principalmente no reconocerán a Jesús como el Hijo de Dios, hecho hombre, nacido de una mujer y resucitado de los muertos.
Por ello las Escrituras nos exhortan a probar continuamente los espíritus que imparten energía a todos los ministros y dirigentes cristianos (1 Jn 4:1).
Este período de engaño no será fácil; el engaño religioso estará tan propagado que será difícil hasta para los escogidos (creyentes consagrados) distinguir la verdad del error (1 Tim 4:16, Sant 1:21).
Serán engañados los que del pueblo de Dios no amen la verdad; no se les dará más oportunidad de creer en la verdad del Evangelio después que venga el anticristo (2 Tes 2:11).
El mundo estará bajo el dominio del anticristo (Dan 9:27, Apo 13:12).
Será un período de sufrimiento y angustia terribles para todas las personas del mundo.
Será a nivel mundial (Apo 3:10).
Será el peor tiempo de aflicción y angustia que ocurra jamás en la historia de la humanidad (Dan 12:1, Mat 24:21).
Será un tiempo terrible de sufrimiento para los judíos (Jer 30:5-7).
Será un tiempo de mucho sufrimiento y persecución para todos los que permanezcan fieles a Dios (Apo 12:17, 13:15).
Se les promete liberación y escape del tiempo de la tribulación a los fieles de la iglesia de Cristo (Luc 21:36, 1 Tes 5:8-10, Apo 3:10).
Durante este tiempo habrá tanto judíos como no judíos que crean en Jesucristo y sean salvados (Deut 4:30.31, Ose 5:15, Apo 7:9-17, 14:6-7).
Será tiempo de la ira y del juicio de Dios sobre los impíos (1 Tes 5:1-11, Apo 6:16-17).
Este período será tan horrible que si no estuviera restringido a ese período, toda la raza humana sería destruida sin excepción (Mat 24:22).
Aumentará mucho la actividad demoníaca.
Aumentará mucho la hechicería.
Ocurrirán fenómenos cósmicos en el sol, la luna y las estrellas.
Se propagará el engaño religioso.
Será destruida la iglesia apóstata.
Serán resucitados los dos testigos que predicaron el Evangelio y fueron asesinados.
Terminará con la venida de Jesucristo en gloria con su Esposa (la Iglesia) (Ezeq 20:34-38, Mat 24:29-31, Luc 19:11-27, Apo 19:11-21).
Concluirá con la batalla de Armagedón y toda la irá de Dios derramada sobre los impíos.
Cristo triunfará sobre el anticristo y sus ejércitos.
La ira de Dios.
Así como es el anticristo el que inicia la tribulación firmando el pacto con Israel, es también el anticristo el que inicia la gran tribulación usando el templo de Jerusalén como escenario para proclamar su divinidad (ya sea levantando una estatua de sí mismo para ser adorada, ya sea colocando en algún lugar del templo su trono, profanando el templo en dos formas: con el establecimiento del trono y con la demanda de ser adorado como Dios).
Al hacerlo así rompe el tratado de los siete años a los tres años y medio y acarrea la terrible ira de Dios para su reinado.
El período que se activa es indeciblemente espantoso: por causa de los escogidos va a ser acortado (Mat 24:21-22).
Apo 15: empieza y termina con la ira de Dios, una ira santa, intensa y ardiente (vrs 7 y 8).
Aunque la gran tribulación es activada por la abominación desoladora ese solo acontecimiento vil no es el único merecedor de los juicios divinos venideros. Los pecados del anticristo y de sus seguidores activos y pasivos se han indo amontonando muy alto desde que apareció en la escena mundial unos pocos años antes.
Todos los pecados del anticristo tiene origen en una maldad única definitiva: el deseo de vivir independientemente de Dios y hasta de suplantarlo.
LA GRAN TRIBULACIÓN.
GENERALIDADES.
Comenzando en Mat 24:15, Jesús describe las señales extraordinarias que ocurrirán durante la gran tribulación (Apo 7:14) e indican que el fin del mundo está muy cerca (Mat 24:15-29).
Estas señales precederán y avisarán el retorno de Cristo a la tierra después de la gran tribulación (Mat 24:30-31, Apo 19:11-20:4).
La señal más evidente e importante (Mat 24:15) de esta etapa será la abominación desoladora en el Lugar Santo (el templo)
Se refiere primordialmente a la futura profanación del templo judío de Jerusalén por el anticristo (Dan 9:27).
El anticristo, llamado el inicuo, puede ser que levante su imagen en el templo de Dios, declarándose Dios (2 Tes 2:3-4, Apo 13:14-15), o que en el templo ponga su trono, profanándolo..
El tiempo que transcurre entre este acontecimiento y el fin se da cuatro veces en las Escrituras como tres años y medio o mil doscientos sesenta días (Dan 9:25-17, Apo 11:1-2, 12:6, 13:5-7).
Una señal visible que les avisa a los fieles que estén vivos durante esta época que la venida de Cristo a la tierra al final de los tiempos ocurrirá muy pronto.
A causa de esa firme esperanza de la venida de Cristo (Mat 24:33), los fieles deben estar conscientes de que cualquier informe de que Cristo ha vuelto es engañoso (Mat 24:23-27).
Otra señal de esta época será la aparición de falsos profetas que, por ser ministros de satanás, harán grandes señales y prodigios (Mat 24:24).
Los creyentes deben estar especialmente prevenidos en cuanto a los que dicen ser profetas, maestros y predicadores cristianos que, en realidad, son falsos, y sin embargo realizan milagros, sanidades, señales y prodigios, y parecen tener éxito en sus ministerios.
Estos falsos ministros tergiversarán y rechazarán la verdad que se encuentra en la Palabra de Dios (Mat 7:22, Gal 1:9), principalmente no reconocerán a Jesús como el Hijo de Dios, hecho hombre, nacido de una mujer y resucitado de los muertos.
Por ello las Escrituras nos exhortan a probar continuamente los espíritus que imparten energía a todos los ministros y dirigentes cristianos (1 Jn 4:1).
Este período de engaño no será fácil; el engaño religioso estará tan propagado que será difícil hasta para los escogidos (creyentes consagrados) distinguir la verdad del error (1 Tim 4:16, Sant 1:21).
Serán engañados los que del pueblo de Dios no amen la verdad; no se les dará más oportunidad de creer en la verdad del Evangelio después que venga el anticristo (2 Tes 2:11).
El mundo estará bajo el dominio del anticristo (Dan 9:27, Apo 13:12).
Será un período de sufrimiento y angustia terribles para todas las personas del mundo.
Será a nivel mundial (Apo 3:10).
Será el peor tiempo de aflicción y angustia que ocurra jamás en la historia de la humanidad (Dan 12:1, Mat 24:21).
Será un tiempo terrible de sufrimiento para los judíos (Jer 30:5-7).
Será un tiempo de mucho sufrimiento y persecución para todos los que permanezcan fieles a Dios (Apo 12:17, 13:15).
Se les promete liberación y escape del tiempo de la tribulación a los fieles de la iglesia de Cristo (Luc 21:36, 1 Tes 5:8-10, Apo 3:10).
Durante este tiempo habrá tanto judíos como no judíos que crean en Jesucristo y sean salvados (Deut 4:30.31, Ose 5:15, Apo 7:9-17, 14:6-7).
Será tiempo de la ira y del juicio de Dios sobre los impíos (1 Tes 5:1-11, Apo 6:16-17).
Este período será tan horrible que si no estuviera restringido a ese período, toda la raza humana sería destruida sin excepción (Mat 24:22).
Aumentará mucho la actividad demoníaca.
Aumentará mucho la hechicería.
Ocurrirán fenómenos cósmicos en el sol, la luna y las estrellas.
Se propagará el engaño religioso.
Será destruida la iglesia apóstata.
Serán resucitados los dos testigos que predicaron el Evangelio y fueron asesinados.
Terminará con la venida de Jesucristo en gloria con su Esposa (la Iglesia) (Ezeq 20:34-38, Mat 24:29-31, Luc 19:11-27, Apo 19:11-21).
Concluirá con la batalla de Armagedón y toda la irá de Dios derramada sobre los impíos.
Cristo triunfará sobre el anticristo y sus ejércitos.
La ira de Dios.
Así como es el anticristo el que inicia la tribulación firmando el pacto con Israel, es también el anticristo el que inicia la gran tribulación usando el templo de Jerusalén como escenario para proclamar su divinidad (ya sea levantando una estatua de sí mismo para ser adorada, ya sea colocando en algún lugar del templo su trono, profanando el templo en dos formas: con el establecimiento del trono y con la demanda de ser adorado como Dios).
Al hacerlo así rompe el tratado de los siete años a los tres años y medio y acarrea la terrible ira de Dios para su reinado.
El período que se activa es indeciblemente espantoso: por causa de los escogidos va a ser acortado (Mat 24:21-22).
Apo 15: empieza y termina con la ira de Dios, una ira santa, intensa y ardiente (vrs 7 y 8).
Aunque la gran tribulación es activada por la abominación desoladora ese solo acontecimiento vil no es el único merecedor de los juicios divinos venideros. Los pecados del anticristo y de sus seguidores activos y pasivos se han indo amontonando muy alto desde que apareció en la escena mundial unos pocos años antes.
Todos los pecados del anticristo tiene origen en una maldad única definitiva: el deseo de vivir independientemente de Dios y hasta de suplantarlo.
04
Jun
2009