Los juicios de las siete copas de la ira de Dios.
LOS ULTIMOS TIEMPOS DE LA HISTORIA (27).
LA GRAN TRIBULACIÓN.
LOS JUICIOS DE LAS SIETE COPAS DE LA IRA DE DIOS.
La primera copa (Apo 16:2): llagas repugnantes y malignas.
Cuando los seres humanos optan por adorar al anticristo antes que a Cristo y demuestran su lealtad aceptando la marca de la bestia, Dios responde mandándoles una plaga de llagas repugnantes y malignas (úlceras).
Afligen solamente a los que adoran al anticristo y aceptaron la marca de la bestia.
Ningún santo de la tribulación sufre el menor indicio de ellas.
La segunda copa (Apo 16:3): el mar se vuelve sangre.
En la primera parte de la tribulación Dios había convertido un tercio del mar en sangre.
Ahora manda que todo el mar se convierta en sangre como de muerto (podrida, descompuesta, fétida y pútrida).
Todo ser viviente que había en el mar muere. Las criaturas marinas muertas salen a la superficie desparramando adicionalmente su podredumbre a los cuatro vientos.
La tercera copa (Apo 16:4-7): los ríos y los arroyos se vuelven sangre.
En la primera parte de la tribulación Dios había hecho que la tercera parte de los ríos y los arroyos se volvieran sangre, ahora son todos.
Debido a sus comportamientos pecaminosos, inicuos, asesinos y rebeldes, el mundo se encontrará sin agua potable.
La cuarta copa (Apo 16:8-9) el sol quema a los seres humanos.
Con sus bocas resecas por la falta de agua, los impenitentes sufren una sed aún más intensa cuando Dios hace que el sol los queme con gran calor.
Pero ni siquiera eso pone de rodillas a los rebeldes para arrepentirse; por el contrario, blasfeman el nombre de Dios.
La quinta copa (Apo 16:10-11): tinieblas.
Al sol quemante le siguen las tinieblas que enfrían (puede ser un gesto de misericordia de Dios hacia los impíos); aún así, no se arrepienten.
Este pasaje rebela que las llagas de la primera copa aún afligen a la gente y las tinieblas exacerban su dolor.
Este es un juicio particular enfocado al lugar del trono de la bestia, la sede de su reinado.
Le demuestra a todo el mundo donde radica la fuente de sus problemas. Cuando el anticristo se proclamó dios, se puso en el centro de la ira de Dios; ahora el mundo verá, sin lugar a dudas, quién es el Dios de verdad.
La sexta copa (Apo 16:12): el Eufrates se seca.
Este juicio se desarrolla en dos etapas:
Primero. Se seca el río Eufrates preparando el camino para los ejércitos del rey del este (vrs. 12).
Segundo. La actividad de las fuerzas demoníacas que lleva a los ejércitos del mundo al valle de Meguido donde tratarán, en vano, de oponerse al Señor Jesús (vrs. 13-14).
Los reyes del este, pueden significar los reyes del sol naciente, Japón, China y posiblemente otros países asiáticos.
China: en los últimos años este país ha asombrado al mundo.
Enorme potencial económico y militar.
Muchos creen que dentro de diez, o a lo más, veinte años, pudiera amenazar a todo el mundo aún más que la Unión Soviética antes de los 90´s.
Ya tiene la bomba nuclear y un sistema de entrega de bombas que alarma a todos los países del oriente.
Trafica armas en forma completamente increíble, comprándolas de Rusia y de cualquiera de sus satélites empobrecidos que se las vendan, luego da la vuelta y vende todo lo que no quiere a cualquiera de sus aliados petroleros ricos, como Irán o Iraq.
Pocos países pueden jactarse de perseguir más continuamente a los cristianos que éste, aún en el presente
Llevan siglos dominados por religiones (budismo, confusionismo, hinduismo y otras) que fundamentalmente son religiones humanísticas y evolucionistas, vislumbrando un universo eterno sin el concepto de Dios personal, trascendente, omnipotente que creó todo.
Son sistemas asociados con la adoración de espíritus, ya sea de antepasados o de objetos naturales, que en realidad es adoración de demonios, por lo que generalmente suelen estar asociadas con la idolatría.
Cualquier que sea la forma que adopten, son esencialmente la misma vieja adoración de ídolos que los profetas de Dios condenaron continuamente: un complejo ideológico de humanismo animista, astrología, idolatría, politeísmo, panteísmo y evolucionismo, una mera variante de la religión que Nimrod introdujo en Babel y que fue divulgada por todo el mundo por la confusión de las lenguas y la subsecuente dispersión mundial desde Babel.
Esta religión se presta, por su misma naturaleza, a controlar a sus adeptos por medio de la influencia demoníaca.
Que China, con el auge actual que tiene en lo económico, político y militar, llegará a controlar en el futuro cercano a la mayoría de los países del este por su enorme influencia económica y militar, es un hecho que muy pocos dudan, a no ser que suceda algo drástico e imprevisto.
Es real creer que China pudiera ser dirigida en estos mismos días por su amo, el dragón, la serpiente antigua, el diablo, para rebelarse contra Dios en tal forma que realmente reuniera a los ejércitos del mundo que se oponen a Cristo.
La séptima copa (Apo 16:17-21): el mayor terremoto de la historia.
Destrozará en tres partes a Babilonia y aplanará a las ciudades del mundo.
Babilonia es golpeada muy duramente en particular porque es recordada ante Dios para darle el cáliz del vino del furor de su ira.
Enormes granizos llueven desde el cielo golpeando a los hombres de todo el planeta, que sin embargo, no se arrepienten.
Al terminar esta plaga solo queda un acontecimiento significativo antes de que se establezca el reino de Cristo: la batalla del Armagedón.
LA GRAN TRIBULACIÓN.
LOS JUICIOS DE LAS SIETE COPAS DE LA IRA DE DIOS.
La primera copa (Apo 16:2): llagas repugnantes y malignas.
Cuando los seres humanos optan por adorar al anticristo antes que a Cristo y demuestran su lealtad aceptando la marca de la bestia, Dios responde mandándoles una plaga de llagas repugnantes y malignas (úlceras).
Afligen solamente a los que adoran al anticristo y aceptaron la marca de la bestia.
Ningún santo de la tribulación sufre el menor indicio de ellas.
La segunda copa (Apo 16:3): el mar se vuelve sangre.
En la primera parte de la tribulación Dios había convertido un tercio del mar en sangre.
Ahora manda que todo el mar se convierta en sangre como de muerto (podrida, descompuesta, fétida y pútrida).
Todo ser viviente que había en el mar muere. Las criaturas marinas muertas salen a la superficie desparramando adicionalmente su podredumbre a los cuatro vientos.
La tercera copa (Apo 16:4-7): los ríos y los arroyos se vuelven sangre.
En la primera parte de la tribulación Dios había hecho que la tercera parte de los ríos y los arroyos se volvieran sangre, ahora son todos.
Debido a sus comportamientos pecaminosos, inicuos, asesinos y rebeldes, el mundo se encontrará sin agua potable.
La cuarta copa (Apo 16:8-9) el sol quema a los seres humanos.
Con sus bocas resecas por la falta de agua, los impenitentes sufren una sed aún más intensa cuando Dios hace que el sol los queme con gran calor.
Pero ni siquiera eso pone de rodillas a los rebeldes para arrepentirse; por el contrario, blasfeman el nombre de Dios.
La quinta copa (Apo 16:10-11): tinieblas.
Al sol quemante le siguen las tinieblas que enfrían (puede ser un gesto de misericordia de Dios hacia los impíos); aún así, no se arrepienten.
Este pasaje rebela que las llagas de la primera copa aún afligen a la gente y las tinieblas exacerban su dolor.
Este es un juicio particular enfocado al lugar del trono de la bestia, la sede de su reinado.
Le demuestra a todo el mundo donde radica la fuente de sus problemas. Cuando el anticristo se proclamó dios, se puso en el centro de la ira de Dios; ahora el mundo verá, sin lugar a dudas, quién es el Dios de verdad.
La sexta copa (Apo 16:12): el Eufrates se seca.
Este juicio se desarrolla en dos etapas:
Primero. Se seca el río Eufrates preparando el camino para los ejércitos del rey del este (vrs. 12).
Segundo. La actividad de las fuerzas demoníacas que lleva a los ejércitos del mundo al valle de Meguido donde tratarán, en vano, de oponerse al Señor Jesús (vrs. 13-14).
Los reyes del este, pueden significar los reyes del sol naciente, Japón, China y posiblemente otros países asiáticos.
China: en los últimos años este país ha asombrado al mundo.
Enorme potencial económico y militar.
Muchos creen que dentro de diez, o a lo más, veinte años, pudiera amenazar a todo el mundo aún más que la Unión Soviética antes de los 90´s.
Ya tiene la bomba nuclear y un sistema de entrega de bombas que alarma a todos los países del oriente.
Trafica armas en forma completamente increíble, comprándolas de Rusia y de cualquiera de sus satélites empobrecidos que se las vendan, luego da la vuelta y vende todo lo que no quiere a cualquiera de sus aliados petroleros ricos, como Irán o Iraq.
Pocos países pueden jactarse de perseguir más continuamente a los cristianos que éste, aún en el presente
Llevan siglos dominados por religiones (budismo, confusionismo, hinduismo y otras) que fundamentalmente son religiones humanísticas y evolucionistas, vislumbrando un universo eterno sin el concepto de Dios personal, trascendente, omnipotente que creó todo.
Son sistemas asociados con la adoración de espíritus, ya sea de antepasados o de objetos naturales, que en realidad es adoración de demonios, por lo que generalmente suelen estar asociadas con la idolatría.
Cualquier que sea la forma que adopten, son esencialmente la misma vieja adoración de ídolos que los profetas de Dios condenaron continuamente: un complejo ideológico de humanismo animista, astrología, idolatría, politeísmo, panteísmo y evolucionismo, una mera variante de la religión que Nimrod introdujo en Babel y que fue divulgada por todo el mundo por la confusión de las lenguas y la subsecuente dispersión mundial desde Babel.
Esta religión se presta, por su misma naturaleza, a controlar a sus adeptos por medio de la influencia demoníaca.
Que China, con el auge actual que tiene en lo económico, político y militar, llegará a controlar en el futuro cercano a la mayoría de los países del este por su enorme influencia económica y militar, es un hecho que muy pocos dudan, a no ser que suceda algo drástico e imprevisto.
Es real creer que China pudiera ser dirigida en estos mismos días por su amo, el dragón, la serpiente antigua, el diablo, para rebelarse contra Dios en tal forma que realmente reuniera a los ejércitos del mundo que se oponen a Cristo.
La séptima copa (Apo 16:17-21): el mayor terremoto de la historia.
Destrozará en tres partes a Babilonia y aplanará a las ciudades del mundo.
Babilonia es golpeada muy duramente en particular porque es recordada ante Dios para darle el cáliz del vino del furor de su ira.
Enormes granizos llueven desde el cielo golpeando a los hombres de todo el planeta, que sin embargo, no se arrepienten.
Al terminar esta plaga solo queda un acontecimiento significativo antes de que se establezca el reino de Cristo: la batalla del Armagedón.
04
Jun
2009