Perdón de pecados e iniquidad.
El perdón de pecados y de la iniquidad.
Isa 53:3-12.
(3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos (rechazo). (4) Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. (5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. (6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. (8) Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. (9) Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. (10) Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. (11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. (12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Iniquidad (maldad, la carne): el ADN pecaminoso, nuestra condición interior no renovada (Rom_7:23-25). Es la fuente interior de la que emanan todas las determinaciones voluntarias tomadas en contra de las normas divinas, activamente opuesta a Dios y al Evangelio.
Es la fuente más profunda de todo pecado (Sal_32:5, Sal_51:2, Sal_41:6, Isa_32:6, Sal_7:14).
Es la puerta que se abre para que el pecado de los padres se reproduzca en los hijos (Núm_14:18, Éxo_34:7).
Reside en lo profundo de nuestro corazón (Gén_6:5, Gén_8:21, Jer_17:9).
Aún en nosotros los creyentes, persiste (1Cr_21:8)
Dios perdona nuestra iniquidad y limpia nuestros corazones (Sal_32:5) (1Jn_1:9)
De nosotros depende su mantenimiento en limpieza:
• Reconociendo que aún existe en nosotros y que es nuestra enemiga (Rom_7:22-23)
• Refugiándonos en la gracia de Dios para vencerla (2Co_12:7-9)
• Alejándonos de ella (Rom_6:19) (2Ti_2:19)
• Renovándonos constantemente con la Palabra y manteniéndonos en ella:
El proceso de la santificación no es de una vez para siempre, es gradual (1Ts_5:23, Flp_1:6).
Si bien Dios lo hace en nosotros, porque el profundo cambio en el corazón nuestro solo sucede por su bendita obra santificadora, ello no sucede sin nuestra colaboración (Jua_15:3) (Jua_8:31-32)(Núm_15:31) (2Ts_2:10) (principalmente Sal_1:1-3).
Pecado: las formas específicas en que se manifiesta la iniquidad, violando los mandamientos del Señor.
Por una obra manifiesta (una prohibición que incumplimos): el robo, la mentira, generlamente corresponden con los diez mandamientos, etc.
Por omisión (una norma que dejamos de cumplir): amar, perdonar, diezmar, orar, dar gracias, alabar, adorar, etc.
Por pensamiento (lujuria, codicia, deseos de venganza, etc.; Mat_5:28).
Maldición: la que atrae el pecado como consecuencia de que la paga del pecado es muerte (Rom_6:23). Es el castigo por el pecado en todas sus manifestaciones (Deut 28:15-68).
No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados (Sal_103:10).
El Señor, por su infinita misericordia, aún cuando, por Su Santidad, no puede eliminar las consecuencias del pecado, nos ayuda minimizándolas
El Señor, por su infinita misericordia para con nosotros, pagó, en la cruz del Calvario, con Su vida y Su Sangre preciosas, un altísimo precio para que nosotros fuéramos perdonados de la iniquidad, el pecado y la maldición.
Isa 53:3-12.
(3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos (rechazo). (4) Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. (5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. (6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. (8) Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. (9) Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. (10) Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. (11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. (12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Iniquidad (maldad, la carne): el ADN pecaminoso, nuestra condición interior no renovada (Rom_7:23-25). Es la fuente interior de la que emanan todas las determinaciones voluntarias tomadas en contra de las normas divinas, activamente opuesta a Dios y al Evangelio.
Es la fuente más profunda de todo pecado (Sal_32:5, Sal_51:2, Sal_41:6, Isa_32:6, Sal_7:14).
Es la puerta que se abre para que el pecado de los padres se reproduzca en los hijos (Núm_14:18, Éxo_34:7).
Reside en lo profundo de nuestro corazón (Gén_6:5, Gén_8:21, Jer_17:9).
Aún en nosotros los creyentes, persiste (1Cr_21:8)
Dios perdona nuestra iniquidad y limpia nuestros corazones (Sal_32:5) (1Jn_1:9)
De nosotros depende su mantenimiento en limpieza:
• Reconociendo que aún existe en nosotros y que es nuestra enemiga (Rom_7:22-23)
• Refugiándonos en la gracia de Dios para vencerla (2Co_12:7-9)
• Alejándonos de ella (Rom_6:19) (2Ti_2:19)
• Renovándonos constantemente con la Palabra y manteniéndonos en ella:
El proceso de la santificación no es de una vez para siempre, es gradual (1Ts_5:23, Flp_1:6).
Si bien Dios lo hace en nosotros, porque el profundo cambio en el corazón nuestro solo sucede por su bendita obra santificadora, ello no sucede sin nuestra colaboración (Jua_15:3) (Jua_8:31-32)(Núm_15:31) (2Ts_2:10) (principalmente Sal_1:1-3).
Pecado: las formas específicas en que se manifiesta la iniquidad, violando los mandamientos del Señor.
Por una obra manifiesta (una prohibición que incumplimos): el robo, la mentira, generlamente corresponden con los diez mandamientos, etc.
Por omisión (una norma que dejamos de cumplir): amar, perdonar, diezmar, orar, dar gracias, alabar, adorar, etc.
Por pensamiento (lujuria, codicia, deseos de venganza, etc.; Mat_5:28).
Maldición: la que atrae el pecado como consecuencia de que la paga del pecado es muerte (Rom_6:23). Es el castigo por el pecado en todas sus manifestaciones (Deut 28:15-68).
No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados (Sal_103:10).
El Señor, por su infinita misericordia, aún cuando, por Su Santidad, no puede eliminar las consecuencias del pecado, nos ayuda minimizándolas
El Señor, por su infinita misericordia para con nosotros, pagó, en la cruz del Calvario, con Su vida y Su Sangre preciosas, un altísimo precio para que nosotros fuéramos perdonados de la iniquidad, el pecado y la maldición.
27
Sep
2009