Estudio Bíblico

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Sacó del hoyo nuestra vida.



EL ES EL QUE RESCATA DEL HOYO TU VIDA Y TE CORONA DE FAVORES Y MISERICORDIA.


Jesús: el Restaurador de la totalidad de nuestras vidas (Luc 4:18-19).
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres (sanidad financiera);
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón (sanidad emocional);
A pregonar libertad a los cautivos (sanidad espiritual);
Y vista a los ciegos (sanidad física);
A poner en libertad a los oprimidos (sanidad social, relaciones);
A predicar el año agradable del Señor (vida plena, sana, en todas sus áreas).


Gal 3:13-14. El nos redimió de la maldición de la ley (para que viviéramos en la bendición de ella) y para que heredáramos las promesas de Abraham,


Isa 61.1-3: abatidos, quebrantados de corazón, cautivos, presos, enlutados, afligidos, angustiados.
El año agradable del Señor: el año del jubileo.
El tiempo de la libertad (Jn 8:31-32).
El tiempo en el que todo debe comenzar a volver al plan perfecto y original de Dios (Luc 19.10).
De una vida de bien-estar general (Jn 10.10b, 3 Jn 2).
Nuestra restauración a ser hijos e hijas de Dios de pleno derecho (Jn 1:12).
• Herederos de Dios y co-herederos con Cristo (Rom 8.16-21) de todas las cosas.
• Reyes y sacerdotes (Apo 1.5-6, 1 Ped 2:9), nuevas personas y ministros de Dios (2 Cor 5.17-18).

Isa 61:3-11. Otros resultados.
Seremos llamados árboles de justicia (nuestra vida producirá justicia, y como resultado, tendremos justicia).
Reedificaremos las ruinas antiguas y levantaremos los asolamientos primeros.
Restauraremos ciudades arruinadas.
Extranjeros apacentarán nuestras ovejas y los extraños serán nuestros labradores y viñadores (otros trabajarán para nosotros).
Seremos llamados sacerdotes de Jehová, ministros de Dios.
Comeremos las riquezas de las naciones.
En lugar de confusión y deshonra, poseeremos doble honor y tendremos perpetuo gozo.
Nuestra descendencia será conocida entre las naciones. Todos los que los vieren reconocerán que son linaje bendito de Jehová.
Nos vistió con vestiduras de salvación, manto de justicia, como a novia adornada.



Dios quiere. El ya lo hizo todo.

Sant 1:17. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Efe 1:3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesúcristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Job 11:13-19. Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos; si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron. La vida te será más clara que el mediodía; aunque oscureciere, será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro. Te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos suplicarán tu favor.

Joel 2:21-27. Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

Jer 29:11-13. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.



Ahora nos toca a nosotros vivirlo.

Creerlo (Gal 3:7-14).
Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Sostenernos y ganar la batalla (Heb 6:11-15).
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.





27 Sep 2009
Referencia: Perdón.